El Sebin es un cuerpo que opera sin restricciones, no para proteger al Estado sino para garantizar la continuidad de la “revolución”
El Servicio Bolivariano de Inteligencia
(Sebin) es un cuerpo creado en junio de 2010, en reemplazo de la Dirección
General de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), cuya supresión
fue ordenada un año antes por el entonces presidente Hugo Chávez. De esta
manera, el comandante cumplió uno de sus anhelos más antiguos. Ya en 1998,
cuando estaba en su primera campaña, había expresado la intención de eliminar a
la policía política.
Hasta 2013, el Sebin estuvo
adscrito al Ministerio de Relaciones Interiores. Pero un decreto emitido en
abril de ese año por el actual presidente Nicolás Maduro lo transformó en un
“ente desconcentrado” adscrito a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República.
Esto implica que desde el punto de vista administrativo los fondos para su
manejo son enviados desde el despacho que actualmente detenta Aristóbulo
Istúriz, incluido desde luego todo lo relativo a los llamados “gastos de
seguridad y defensa”. Pero Istúriz tiene escasa incidencia sobre las acciones
cotidianas de los funcionarios.
En el actual esquema, además, el
Presidente se reserva la potestad de nombrar al director del Sebin. Y tal
parece que el mandatario no confía en nadie más que el mayor general Gustavo
González López para conducir a su policía política. Esto quedó en evidencia
cuando el oficial del Ejército fue designado para el MRI sin que fuese nombrado
su reemplazo en la dirección del cuerpo de seguridad. En esos 16 meses que
corrieron entre marzo de 2015 y agosto de 2016 las tareas más gruesas del Sebin
quedaron en manos de un comisario que hizo carrera como patrullero e
investigador, Carlos Calderón.
El Sebin se maneja sin controles
internos, en medio de un peligroso voluntarismo.
Un detalle en el que pocos han
reparado se refiere a la eliminación de la Inspectoría del cuerpo. En
anteriores organigramas, la oficina encargada de velar por el cumplimiento de
la reglamentación era prácticamente adjunta a la dirección. La estructura de la
institución “refundada” no tiene esa instancia. Tampoco tiene subdirección,
aunque adentro digan que Calderón es de facto el segundo a bordo.
Consulté al respecto con dos
fuentes ligadas a ese cuerpo. Una de ellas me indicó que parte de las funciones
de vigilancia puertas adentro es ejercida por agentes de una oficina ubicada en
el piso 4 del Helicoide. Trabajan de manera estrecha con la sección llamada
Talento Humano, que sí figura en la estructura general.
Pero el Sebin tampoco está
sometido a controles externos. Es curioso, pero muchos de los agentes de este
organismo se ven a sí mismos como si fuesen policías. Participan ocasionalmente
en patrullajes y han sido convocados para las grandes redadas conocidas como
Operaciones para la Liberación del Pueblo (OLP). Además, en oportunidades son
comisionados como auxiliares del Ministerio Público, para investigar ciertos
casos. Y sin embargo, la institución no se somete a ninguno de los medios de
vigilancia establecidos a propósito del “nuevo modelo policial”.
No tiene oficina de control de
actuaciones policiales ni comité ciudadano que la supervise. Ni siquiera la
Fiscalía reacciona al ver que desde ese organismo emiten citaciones a
periodistas y activistas políticos, y se hacen detenciones en flagrancia con
evidencias de dudoso origen, como en los casos de Puglia, Jatar y Melo. Ya
Liliana Ortega (Cofavic) ha advertido sobre la posibilidad de que los agentes
de este cuerpo incluso practiquen desapariciones forzadas.
A pesar de todo esto, el Sebin no
figura en el radar de la Asamblea Nacional. Un cuerpo armado al servicio de la
Presidencia que declara abiertamente promover la “irreversibilidad del proceso
de cambios impulsado por la revolución bolivariana” (Memoria y Cuenta 2015)
quizá sea suficiente razón para iniciar un ejercicio contralor.
Breves
*El Buró Federal de
Investigaciones de Estados Unidos (FBI) inició una pesquisa sobre el hackeo de
un blog y de la página facebook de la periodista venezolana radicada en Nueva
York Maibort Petit. Las pesquisas fueron iniciadas al recibirse una denuncia
sobre la repentina “desaparición” de los archivos del primero de los espacios
web, y de la divulgación a través del segundo de ellos de mensajes que no
fueron elaborados por ella. En Estados Unidos, este es un delito federal. Una
vez recibida la queja (complaint) se llevó a cabo el rastreo forense de los
protocolos de internet (IP) que permiten establecer la ubicación física del
pirata informático. A través de su blog y otras redes sociales, Petit ha hecho
la cobertura sobre el proceso por conspiración para traficar drogas contra los
sobrinos de la pareja presidencial Efraín Campo Flores y Franqui Flores de
Freitas, quienes permanecen detenidos en una cárcel neoyorkina desde noviembre
del año pasado.
*Al menos cinco frentes de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se han fracturado debido a
desacuerdos con respecto al proceso de paz. Entre ellos el número 1, también
conocido como Armando Ríos. Forma parte del Bloque Oriental y opera en la
frontera con el estado Apure. De hecho, sus integrantes también están en
Venezuela. La división de esta unidad de batalla, conformada por
aproximadamente 200 hombres en armas, fue reconocida por la cúpula del grupo
guerrillero. En un comunicado se señala que tal disidencia ocurre por la
“influencia de intereses económicos opuestos a la terminación del conflicto”.
Son, esencialmente, dos negocios: el cuidado a los cultivos de coca, por el que
se cobra un impuesto llamado “gramaje”, y la ruta para el traslado a Venezuela
de la cocaína ya elaborada.
ABC de la semana
Javier I. Mayorca