Entre los vendedores del martes se encontraban dos clientes de Caracas Capital, quienes se desprendieron de posiciones de la empresa estatal valoradas en $30 millones, relató Dallen.
Petróleos de Venezuela, que
intenta obtener unos $5,000 millones en una crucial pero poco atractiva oferta
de canje de bonos, sorprendió dos veces a los mercados esta semana, primero al
anunciar que podría caer en default si la operación fracasa y luego cuando su
presidente dejó plantados a los inversionistas en una teleconferencia donde
debía dar explicaciones.
El resultado final fue una ola de
ventas que tumbó los precios de los bonos de PDVSA, en la medida en que un
mayor número de inversionistas institucionales llegaba a la conclusión de que
los administradores de la quinta mayor petrolera del mundo no saben lo que
están haciendo, dijeron analistas.
El plantón del presidente de
PDVSA, Eulogio Del Pino, se produjo en momentos en que aumenta la incertidumbre
sobre el futuro de la estatal petrolera, que debe pagar cerca de $7,500
millones en servicio de deuda en los próximos 12 meses en el marco de bajos
precios del petróleo y la peor crisis económica en la historia moderna de
Venezuela.
Pero en lo que sorprendió a
muchos, fue la propia PDVSA la que salió esta semana a advertir que enfrenta
serias dificultades para cumplir con sus deudas.
“Si las ofertas de canje no son exitosas,
podría ser más difícil para la compañía hacer pagos programados de su deuda
existente, incluyendo los bonos existentes, lo que resultaría en que la
compañía evalúe todas las opciones alternativas”, advirtió PDVSA en un
comunicado que encendió las alarmas de los mercados.
Y lo que es peor, la empresa dejó
entrever que la posibilidad de un incumplimiento de deuda podría impactar la
producción de crudo en Venezuela.
“Nuestra liquidez y capacidad de
generar efectivo depende de muchos factores que escapan de nuestro control, y
cualquier incumplimiento de nuestras obligaciones de deuda pudiera perjudicar
nuestro negocio, condición financiera y resultados de operaciones”, señaló la
empresa.
El insólito pronunciamiento de
insolvencia sacudió a los mercados, siendo precisamente lo que los tenedores de
deuda no quieren escuchar cuando se les está pidiendo que extiendan el crédito.
Pero la gota de derramó el vaso
en realidad vino después, en la teleconferencia convocada por PDVSA para
explicar sus comprometidas finanzas.
“Fue un desastre total, Del Pinto
no apareció. Dijeron que se había reunido con (el gobernante Nicolás) Maduro y
que trataría de llamarnos desde allá. Estaba la presidenta de Finanzas en la
llamada, pero ella no dijo una sola palabra. Hubo preguntas y el jefe de
operaciones las tomó pero nunca llegó a contestarlas”, relató Russ Dallen,
socio gerente de la firma Caracas Capital, quien estuvo en la llamada.
“Las conclusiones que salieron de
la llamada fueron dos. Primero, no tienen dinero. Dos, son tan incompetentes
que no están jugando cuando dicen que PDVSA va entrar en default si fracasa el
canje”, agregó.
La teleconferencia del martes
terminó por convencer a muchos tenedores de deuda que el de PDVSA es un caso
perdido.
Después de 20 minutos del inicio
de la conferencia, los inversionistas comenzaron a vender los bonos de PDVSA.
“Dios mío, esta gente no sabe lo que está haciendo, no entiende cómo funcionan
los mercados”, dijo uno de ellos.
Entre los vendedores del martes
se encontraban dos clientes de Caracas Capital, quienes se desprendieron de
posiciones de la empresa estatal valoradas en $30 millones, relató Dallen.
Las sorpresivas revelaciones de
PDVSA sobre sus finanzas se produjeron justo cuando la empresa anunciaba que
había decidido prorrogar por tercera vez el vencimiento de oferta para canjear
al menos un 50 por ciento de los $5,325 millones en bonos que vencen en el
2017, por títulos que vencerían en el 2020.
La empresa extendió el
vencimiento hasta el viernes dado que el número tomadores suma un “porcentaje
sustancialmente inferior al 50 por ciento del monto total del capital de los
bonos existentes” aún cuando la oferta inicial ya había sido endulzada
considerablemente.
Esa falta de interés es
precisamente la razón por la que Del Pino decidió asomar la posibilidad de que
PDVSA declare un incumplimiento de deuda, dijo desde Washington Antonio De La
Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends.
Pero ese no era un mensaje que
estaba dirigido a los inversionistas institucionales sino a los tenedores de
bonos venezolanos con vínculos con el gobierno que podrían estar negándose a
canjear los papeles apostando que a la vuelta de pocos meses, cuando los
papeles venzan, PDVSA cumplirá con sus obligaciones, como lo ha hecho hasta
ahora, y en ese momento se embolsarán jugosas ganancias, explicó De La Cruz.
Dado que esos bonos se negocian
actualmente con un descuento mayor de 20 por ciento, ellos estarían en posición
de obtener ese porcentaje en ganancia cuando los papeles comiencen a vencer en
abril, dijo.
“Ellos están apostando a que
pájaro en mano es mejor que dos pájaros dentro de cuatro años”, señaló De La
Cruz. “Ante eso, es que Del Pino sale con este juego rudo, y les están diciendo
que si el canje fracasa, PDVSA podría entrar en incumplimiento”.
Publicar un comentario