Comisiones de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía de Mérida recorrieron la ciudad durante las primeras horas de la mañana.
Este martes, los merideños acudieron por segundo día
consecutivo a sus trabajos caminando,
debido al paro de transporte anunciado por el gremio de conductores de Mérida,
que exigen se les autorice a un aumento del pasaje a 60 bolívares.
Decenas de unidades de transporte público fueron
estacionadas en las avenidas Urdaneta, frente a la Alcaldía de Mérida; y Las
Américas, frente al terminal de la ciudad, con la intención de presionar a las
autoridades de la entidad.
Las líneas de transporte de los municipios Libertador, Tabay
y Ejido suspendieron sus servicios.
Los locales comerciales de la ciudad y la Universidad de Los
Andes iniciaron sus actividades con retraso debido a la ausencia de transporte.
Además, la asistencia de alumnos y profesores disminuyó en las unidades
educativas.
Comisiones de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía
de Mérida recorrieron la ciudad durante
las primeras horas de la mañana.
Rumbo al paro indefinido
Benjamín Lara, presidente del Sindicato de Trabajadores del
Transporte y sus similares del estado Mérida, indicó que desde tempranas horas
del pasado lunes iniciaron un paro de transporte haciendo una toma pacífica del
ayuntamiento capitalino, donde fueron atendidos por el alcalde “con un no
contundente al aumento del pasaje. Es lamentable que no tenga conciencia de lo
que está sucediendo en el país y de la crisis que está atravesando el sector
transporte, que también somos pueblo”.
Lara destacó que el alcalde desconoce los acuerdos que avaló
en marzo pasado, en el cual estableció con los transportistas un aumento
gradual en las tarifas del pasaje urbano, además se comprometió a revisar este
último trimestre del año el costo de la misma, ajustado a la estructura de
costos, tomando en cuenta el porcentaje de inflación existente en el país. “Le
envié una comunicación pidiéndole que nos dejara cobrar 70 bolívares y que
hiciéramos un estudio para poder
solventar esta situación, pero su respuesta es no”.
El representante de los transportistas en Mérida trajo a
colación el aumento en la tarifa del pasaje urbano en otros estados,
dependiendo de la ruta se paga 60, 70 u 80 bolívares, aseverando a su vez que
los merideños aceptaron este ajuste, puesto que están pagando este último
incremento “pero el único que se opone y dice ser el defensor del pueblo es
Carlos García, pero él pareciera que no entiende mucho la forma en la que se
deben cancelar los servicios públicos, él ha hecho varios aumentos en el aseo
urbano, tasas de salida, cánones de arrendamiento y listines en el terminal de
pasajero”.
Benjamín Lara dejó claro que entiende la situación por la
cual están atravesando los ciudadanos, pero indicó la necesidad que los
usuarios y las autoridades municipales y regionales deben entender que este es
un servicio que requiere de mucho gasto, “debemos mantener las unidades
operativas y en servicio para que el pueblo se movilice, vaya a las escuelas, a
sus trabajos, universidad, hospital, retornen a sus hogares”.
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