Algunas de estas personas recibieron citaciones a través de correos electrónicos para comparecer en el juicio, incluyendo a tres de ellas que tiene propiedades en Estados Unidos, agregaron las fuentes.
El caso en Nueva York contra los sobrinos
del gobernante venezolano Nicolás Maduro -y las revelaciones de que otros
integrantes de su familia también estarían involucrados en el narcotráfico-
está alterando la correlación de fuerzas internas del régimen bolivariano y
fortaleciendo el clamor de quienes dentro del chavismo desean que el mandatario
deje el cargo para dar inicio a un proceso de transición.
Analistas consultados y personas
familiarizadas con la situación dijeron a el Nuevo Herald que el liderazgo
interno de Maduro está siendo golpeado por el surgimiento de las nuevas
revelaciones, situación que está siendo aprovechada por su antiguo rival, el
diputado Diosdado Cabello, quien aspira liderar al chavismo durante una
eventual era post-Maduro.
Cabello, quien a lo largo de los
últimos meses ha visto caer parte de su influencia interna por revelaciones de
que también es investigado por narcotráfico en Estados Unidos, hasta el momento
no ha sido acusado formalmente por la justicia estadounidense, a diferencia de
los sobrinos de Maduro, quienes están siendo enjuiciados en Nueva York bajo
cargos de intentar importar 800 kilogramos de cocaína de alta pureza.
“La posición de Cabello es que
las personas que sí están acusadas formalmente son los hijos de él [Maduro]”,
dijo en Miami el asesor político Esteban Gerbasi, en referencia a los sobrinos,
Efraín Campo y Francisco Flores, quienes fueron criados como hijos por la
pareja presidencial.
Los cargos contra Cabello en
cambio se encuentran en un caso sellado, cuyos detalles nadie ha visto. El
otrora presidente de la Asamblea Nacional está haciendo todo lo posible para
convencer a todos dentro del chavismo de que él sigue siendo un líder viable
porque es en realidad inocente, siendo solo víctima de una campaña de
difamación emprendida por los enemigos del chavismo, agregó.
“Él [Cabello] está aprovechando
esto para decir internamente que la única que tiene cargos por narcotráfico es
la familia de Maduro”, explicó Gerbasi.
Cabello también está haciendo
todo lo posible para tratar de limpiar su nombre.
Sus abogados están en vías de
introducir una nueva demanda contra The Wall Street Journal, diario que
conjuntamente con el ABC de España y el Nuevo Herald estuvieron entre los
primeros en denunciar que la justicia estadounidense le investigaba bajo
sospecha de que él era el máximo líder del narcotráfico en Venezuela.
Maduro, por su parte, podría
enfrentar nuevos problemas en la medida que el caso contra sus sobrinos avance,
especialmente después de la aparición de nuevas evidencias recogida en los
teléfonos celulares y las computadoras que cargaban los sobrinos al momento de
su arresto, que implican a integrantes del círculo interno de la pareja
presidencial.
Los exámenes forenses realizados
a los equipos –que incluyen seis teléfonos celulares, una laptop y al menos una
tableta- brindaron hasta 8,000 páginas de transcripciones de conversaciones
sostenidas a lo largo de tres años que echan por tierra el argumento de los
jóvenes de que ellos eran solo empresarios que cayeron en una trampa montada
por la DEA por razones políticas, dijeron a el Nuevo Herald personas cercanas a
las investigaciones.
Pero los documentos, que podrían
ser introducidos públicamente como pruebas en el caso, también develan que
otras 18 personas, algunas de ellas muy cercanas a Maduro, forman parte de una
red de narcotráfico.
Algunas de estas personas
recibieron citaciones a través de correos electrónicos para comparecer en el
juicio, incluyendo a tres de ellas que tiene propiedades en Estados Unidos,
agregaron las fuentes.
Adicionalmente, el caso contra la
familia de Maduro podría verse fortalecido ante un eventual acuerdo de los
sobrinos y la fiscalía. Ese acuerdo ahora luce como una gran probabilidad ante
el reciente desmoronamiento de la estrategia de defensa que llevaban los
acusados.
Esa estrategia –negada la semana
pasada por el juez que lleva al caso- buscaba que la corte desestimara las
grabaciones que mostraban a los sobrinos negociando el envío de droga con
testigos encubiertos de la DEA y las confesiones brindadas después del arresto.
Según los observadores, esas
evidencias son tan contundentes que los sobrinos difícilmente lograrían evadir
ser declarados culpables y enfrentar entre 20 y 30 años de cárcel salvo que
lleguen a un acuerdo de cooperación con la fiscalía.
Normalmente ese tipo de acuerdo
conlleva que los acusados testifiquen todo lo que saben sobre las
organizaciones que integran.
Se desconoce si el propio Maduro
se encuentra implicado en las pruebas recaudadas en los equipos de los
sobrinos, pero el gobernante -quien es rechazado por al menos un 80 por ciento
de los venezolanos- continuaba recibiendo fuertes presiones por parte de
distintos sectores del chavismo para que deje el poder.
El lunes, un grupo de ex
ministros del fallecido presidente Hugo Chávez, así como disidentes del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), manifestaron que participarán en los
esfuerzos de la oposición para conseguir las firmas necesarias para realizar
este año un referendo para revocar el mandato de Maduro.
“El revocatorio es una conquista
de la revolución”, manifestó Ana Elisa Osorio, quien sirvió en el gabinete de
Chávez como ministra de Ambiente. “La revolución nos exige actuar para construir
una nueva referencia política. Si esto lo perdemos pasarán 100 años más para
volver a retomar el camino”.
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