Con ese dinero gastado en armas y en la tal Cumbre se le hubiese dado comida y medicamentos a millones de niños y ancianos que perecen por falta de esos elementos vitales
Sobre la compra de armas es
producto, de una obsesión de amedrentamiento y amenazas ridículas, así como el
síndrome de invasión que solamente le cabe en la cabeza a éstos dos personajes,
los venezolanos tenemos que repudiar estas decisiones garrafales que llegan a
la locura, porque es un insulto a un pueblo que pide a gritos ayuda humanitaria
por el hambre en que ha sido sometido.
Con ese dinero gastado en armas y
en la tal Cumbre se le hubiese dado comida y medicamentos a millones de niños y
ancianos que perecen por falta de esos elementos vitales, la crisis por la
pobreza actual es más notoria en los pueblos indígenas tales como en la Guajira
y el Amazonas, la mayoría están olvidados y en una horrenda marginalidad que el
Mundo condena por ser una Nación rica en recursos naturales.
La compra de armas es una
gigantesca payasada porque los venezolanos jamás hemos peleado con nadie,
manteniendo siempre buenas relaciones con todos los países del Orbe. Las
confrontaciones bélicas pertenecen al pasado; igualmente las guerras y batallas
que generaban una cuerda de locos por posicionarse de tronos e invadir pueblos,
pero hoy el Mundo globalizado ha cambiado la mentalidad del ser humano para que
no se llegue a la destrucción.
Amigos lectores con la compra de
aviones de combate, drones, tanques y fusiles no solucionamos la crisis que
atraviesa Venezuela y mucho menos con esa ridícula Cumbre que solamente va a
beneficiar a una jauría de holgazanes, degustar diferentes platillos costosos,
tales como caviar, salmón de los ríos de Noruega y langostas del Mediterráneo;
igualmente finos escoceses como Bernabéu y paremos de contar los privilegios.
La paradoja es que aquí en
nuestro País estamos esperando la temporada de mangos para poder paliar esta
falta de comida, yo no me explico porque el pueblo caraqueño no ha explotado
con rebeldía por el costo de los alimentos de primera necesidad, me parece
insólito que un kilo de harina pan cuesta 5.000 bolívares y un litro de aceite
comestible 6.000 bolívares, atracados por el Gobierno y los bachaqueros ante la
mirada impune.
Es por ello que les digo al
Presidente Nicolás Maduro y al Ministro Padrino López que con armas y cumbres
no come el pueblo. Adalberto Farías Estrada.
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Fuente: Tal Caul