Eran tan abundantes que es difícil dar una respuesta. En un intento de simplificación podríamos afirmar que se dilapidaron en medio de una corrupción y un populismo desenfrenados.
La economía venezolana se está
hundiendo en una crisis económica sin precedentes. Después de haber atravesado
por casi tres lustros de una súper abundancia petrolera, sorprendelo poco que
le quedó al país del maná caído del cielo.
En 1998 la cesta petrolera
venezolana alcanzó, en su peor momento, una cifra de poco de más de 7 dólares
por barril. Aquello era el resultado de una severa crisis en el Sureste
Asiático que, iniciándose en Tailandia, se extendió como un tsunami y arrasó
con aquellas economías que por su vertiginoso crecimiento en los años
anteriores eran conocidas como “los tigres de papel”. El resultado es que ese
mismo año la demanda mundial de petróleo cayó en casi dos millones de barriles
diarios con respecto a lo que se había estimado.
Es necesario acotar aquí que
aunque la demanda de petróleo alcance a varias decenas de millones de barriles
diarios, lo que realmente determina su precio son los barriles marginales. Es
decir, si en el mercado faltan 500.000 barriles diarios, eso provocará un
aumento de la totalidad de los barriles que se venden. Y a la inversa, si en el
mercado sobran 500.000 b/d eso provocará una caída general en los precios del
petróleo a nivel mundial. Por eso, la crisis del Sureste Asiático golpeó tan
duramente a Venezuela, al desmoronarse los precios del petróleo.
Impacto
El impacto en Venezuela fue alto.
No obstante, nadie vio en aquellos años colas en los automercados ni se produjo
un colapso de la economía como el actual. Y no fue así porque el aparato
productivo estaba sano y pudo sobreponerse a la situación. Donde sí se produjo
un impacto fenomenal fue en el área política y fue la causa fundamental de que Chávez,
que en enero de 1998 apenas alcanzaba a una cifra del orden del 5% en las
encuestas, ganase en diciembre de ese mismo año con cerca del 55% de los votos.
En los años siguientes, la misma
caída del petróleo propició una rápida recuperación del Sureste Asiático, cuyas
economías eran fuertes consumidoras de petróleo importado. Se restableció por
tanto la demanda y los precios experimentaron una recuperación inesperada.
Chávez surfeó sobre aquel aumento, haciendo creer a los venezolanos que él lo
había logrado.
Después tiene lugar un incremento
nunca imaginado en los precios petroleros acicateados por el fuerte y sostenido
crecimiento de la economía China. Pero no sólo fue el petróleo; crecieron los
precios de todas las materias primas, en medio de un fenómeno que los
economistas denominan: “súper ciclo de commodities”.
Chávez dispuso por tanto de
ingresos petroleros nunca antes imaginados. En su momento más alto la cesta
venezolana alcanzó a $ 116 el barril. ¿Qué se hicieron esos recursos? Eran tan
abundantes que es difícil dar una respuesta. En un intento de simplificación
podríamos afirmar que se dilapidaron en medio de una corrupción y un populismo
desenfrenados.
Lo triste es que pocos años
después nuestra economía colapsó. En el 2016, el FMI estima que la inflación
alcanzará al 720% en tanto que el PIB caerá en un 10%, en lo que el propio
Fondo califica como “la peor evolución del crecimiento y la inflación del
mundo”. Más aún, el Fondo estima que la inflación llegará al 2.200% en el 2017.
Hay además una alarmante escasez en alimentos y medicinas y la mayor
contracción del consumo en 30 años. Todo ello ha conducido a un rechazo del 93%
del electorado y de un 73% del propio chavismo (Keller). Según Datanálisis el
75% de los venezolanos considera que Maduro debería ser removido este año por
un referéndum revocatorio.
La industria
La situación de la industria
petrolera -que aporta el 97% de las divisas- es dramática. Según cifras
reportadas por el gobierno a la OPEP la producción petrolera del país cayó en
319.000 b/d en los primeros 6 meses del año (cifra sin precedentes en tiempos
normales), en tanto que para el mes de julio el régimen ni siquiera reportó su
producción a la OPEP. No obstante, la Organización señala en su último Monthly
Oil Market Report que, de acuerdo con otras fuentes, la producción petrolera
venezolana alcanzó en julio a 2.095.000 b/d, que es el nivel más bajo desde
1989, lo cual se correlaciona con la caída en un 25% en el número de taladros
que operan en el país según informa Inter American Trends.
La prensa internacional está cada
vez más pendiente de lo que ocurre en nuestro país. “Venezuela se está muriendo
(Venezuela isdying)” dice la revista Time en su portada: “El colapso en cámara
lenta de un país”. La percepción internacional acerca de la situación política
es igualmente grave. El mundo entero está consciente y reclama la liberación de
los presos políticos.
El país requiere con urgencia un
cambio de modelo, porque el que se viene aplicando ha propiciado el más
inconcebible desperdicio de oportunidades y un agudo colapso de nuestra
economía.
Fuente: ABC de la semana