Cuando un país pasa hambre no sólo los seres humanos quienes rigen la nación sufren los embates de las malas medidas económicas. Las mascotas; fieles acompañantes también. La crisis ha puesto los alimentos para animales en unos precios tan elevados que muchos venezolanos se han visto en la tarea de ingeniárselas para que estos coman.
La distribución de alimentos de este tipo no es mala, al visitar los automercados puedes encontrar distintas marcas y tamaños, pero el precio refleja la dura realidad. Mucho producto y poco efectivo para comprar.
“Nos llega muy poca perrarina y gatarina”es el testimonio de José Da Costa, encargado de un supermercado quien reveló, que los productos nacionales se incrementaron un 90% a inicios de este año y los importados, un 110%.
En Mercado Libre puedes encontrar perrarina desde 50 mil bolívares hasta en 80 mil, precios que no cualquier venezolano puede costearse.
Otros amos prefieren irse por alternativas más económicas, como verduras restos de pollo y de carne o arroz. A pesar del costo de estos alimentos el hombre los come y lo que queda va para las mascotas.
El carabobeno
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