Disentir, oponerse y criticar. Tres palabras normales en cualquier democracia. Pero no en el diccionario revolucionario. El presidente Nicolás Maduro anunció el domingo 8 de enero la creación de un Comando Nacional Antigolpe por la Paz y la Soberanía. “Para que este comando se dedique las 24 horas del día a tomar las medidas preventivas, legales y correctivas contra todos los sectores golpistas y terroristas a nivel interno, político, económico y a todo nivel, para darle paz y estabilidad al país”.
En sus tres años de Gobierno, Maduro había denunciado 21 veces un golpe de Estado, según una investigación del portal Efecto Cocuyo. La número 22 la presentó el 2 de diciembre, cuando le añadió al término nuevas modalidades. “Un golpe financiero y electrónico”, dibujó tras el colapso de la red de transacciones electrónicas con tarjetas de débito.
El comando estará dirigido por el vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami. Lo integran el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, el diputado y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, el ministro de relaciones Interiores, Néstor Reverol, el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) Gustavo González López, la ministra de despacho de la presidencia, Carmen Meléndez, el director de la Milicia, César Vega, el director de Casa Militar, Iván Hernández, y el director de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Franklin García.
Un Golpe de Estado es una ejecución violenta y repentina que busca tomar el poder político. Se vulneran las normas legales de sucesión y se rompe el hilo constitucional. “Estamos avanzando muy rápidamente en esquemas autocráticos y de modelos dictatoriales”, evaluó Rocío San Miguel, presidenta de la Organización No Gubernamental (ONG) Control Ciudadano para la Seguridad, Defensa y Fuerza Armada Nacional sobre la creación de Maduro.
En Venezuela tuvieron que celebrarse elecciones de gobernadores y alcaldes el año pasado. Quedaron postergadas por el poder Electoral. Se dijo, desde filas oficialistas, que la crisis económica impedía organizar las votaciones. Luego siete tribunales regionales suspendieron el referéndum revocatorio en octubre. “Y cuando comienzan aferrarse los cauces electorales de una nación claramente estamos entrando en un modelo dictatorial”.
El Comando es inédito. “Ni siquiera en la época de Chávez. Vimos la razzia contra los presos políticos y las presiones de 2004, pero este comando abre una etapa nueva en la seguridad nacional”. Se contrarían principios constitucionales, añade: “son un oprobio de las normas establecidas”.
Quienes están frente al comando antigolpe son los funcionarios señalados por ser los más radicales de la gestión. También los más controversiales. Investigaciones de diarios estadounidenses han revelado cómo tribunales y agencias de inteligencia norteamericanas tienen fichados a los ahora integrantes del comando por presunto narcotráfico. Otros por violación de derechos humanos, recuerda San Miguel.
Los golpes de Estado, para serlo, deben reunir características. Entre ellas, según el derecho penal, que sean armados, asegura San Miguel. Los únicos que pueden detentar armas en ese sentido, y que tienen la capacidad de hacer efectivo un golpe, son los efectivos de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB). El comando antigolpe podría estar dirigido para amedrentar a un sector de quien se sospecha pueda ejecutar una sublevación.
Pero también es una medida de carácter declarativa para amedrentar a la oposición venezolana. Está dirigido, en principio, en contra del presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, a quien Maduro ha retado en público a una confrontación. Borges tomó posesión del cargo frente al parlamento el pasado 5 de enero, y prometió rescatar el voto, secuestrado por el Gobierno con la suspensión del revocatorio y las elecciones regionales y locales.
“Yo le pregunto a ‘cejota’ (Borges): ¿Tú estás listo pa’ la guerra?, tú eres cobarde (…) Tú estuviste metido, y estás metido en un juicio porque llamaste a un grupo de militares venezolanos, en una reunión en el este de Caracas, y tú mismo les determinaste qué objetivos había que bombardear”, dijo Maduro en su alocución.
El presidente asomó que el cargo de Borges no le exime de posibles responsabilidades. “La inmunidad parlamentaria es para trabajar por el país, no para dar golpes de Estado. La inmunidad no es una cosa flexible (…) pónganse a inventar, cejota, que se las va a ver conmigo”. Segundos luego, dijo que el diálogo en Venezuela no tiene alternativa, y que seguía con sus manos extendidas para hablar con la oposición.
EL PRIMER GOLPE
El primer golpe del comando se dio la noche del miércoles en Carabobo. Hubo un aviso la noche del martes de esta semana en Aragua, cuando funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar tomaron la urbanización donde vive el exministro de Defensa y general Raúl Isaías Baduel, quien devolvió al expresidente Hugo Chávez al poder tras el golpe de Estado que sufrió el 11 de abril de 2002. Lo buscaban por supuestamente una investigación de desestabilización, pero no lo encontraron.
El día siguiente, aproximadamente a las 11:00 a.m., el diputado de la Asamblea Nacional y dirigente nacional de Voluntad Popular, Gilber Caro, fue detenido en el peaje de Guacara. El parlamentario iba con su novia Steyci Escalona Mendoza cuando fueron obligados a detenerse en un peaje de la Autopista Regional del Centro (ARC).
Por más de ocho horas Caro y su novia estuvieron apresado en el Sebin. A las 9:42 p.m. Caro fue trasladado supuestamente hacia la 41Brigada Blindada, en Naguanagua en un convoy fuertemente custodiado por hombres armados, mientras su novia Steyci Escalona Mendoza permanene en el Sebin. Durante su estadía en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Naguanagua estuvieron incomunicados y sin que se confirmara su estado de salud. Doce diputados de la AN hicieron una vigilia en el lugar para denunciar el asalto al artículo 200 de la Constitución, que señala que los diputados gozan de inmunidad y que solo pueden ser detenidos y procesados si antes hay un antejuicio de mérito aprobado por la Cámara. “Estamos ante un nuevo hito de la dictadura”, dijo el compañero de partido y también diputado Juan Andrés Mejía.
El carabobeño
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