“Después de la violencia verbal viene la violencia física, después la violencia institucional y después el desastre”, advirtió.
El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, denunció este lunes que los ataques perpetrados contra instituciones religiosas en diversas partes del país en los últimos días, parecieran no ser hechos aislados sino acciones “preparadas para amedrentar a la Iglesia Católica”.
Nota de Prensa
Entrevistado por Jesús Chuo Torrealba, secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, en su programa radial matutino La Fuerza es la Unión, Padrón señaló que “estos eventos hay que mirarlos con precaución y cuidado porque tengo la impresión de que ya no son hechos aislados, como suele decirse en el argot policial”.
Este domingo Torrealba denunció en su cuenta en Twitter lo ocurrido ayer a eso de la una de la tarde en la iglesia San Pedro Claver ubicada en Monte Piedad, de la parroquia 23 de Enero, cuando fue cercada y tomada por colectivos en momentos en que se oficiaba una misa arzobispal arquidiocesana.
“Se presentaron unos colectivos, cerraron la iglesia y obligaron a los feligreses y al sacerdote a escuchar un discurso agresivo contra la Iglesia, contra la Conferencia Episcopal Venezolana. Empezaron a buscar entre los asistentes a líderes sociales – unos opositores, otros independientes – que estaban allí simplemente porque son vecinos de la zona. Los feligreses los protegieron y quien oficiaba la misa, monseñor Jesús González de Zárate, obispo auxiliar de Caracas, hizo frente a la situación con coraje, dialogó con los sujetos y logró que esta situación absurda se resolviera sin mayores daños a los presentes”, contó Torrealba.
Dos horas antes se había presentado otra situación irregular en la parroquia Claret, de Maracaibo, durante la misa del padre Ovidio Duarte. “Cuando estaba hablando precisamente de la doctrina social de la iglesia, hicieron acto de presencia, extrañamente, oficiales de la Policía Nacional Bolivariana e intentaron desalojar a los feligreses, creando una situación ciertamente delicada”, agregó.
Estos hechos se suman a los ataques contra la residencia de monseñor José Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, luego de sus palabras en la homilía del día de la Divina Pastora; y posteriormente el apedreamiento, el 20 de enero, contra la residencia de monseñor Adán Ramírez, dean del cabildo catedralicio de Caracas.
“Uno va sumando estas acciones y parece haber alguna línea y un elemento que los une. No son acontecimientos aislados sino que da la impresión, pareciera que se trata de eventos preparados para causar amedrentamiento a la Iglesia Católica, que ha tenido una posición muy clara frente al gobierno señalando las dificultades y problemas y la crisis que vive el país”, dijo Padrón.
“Tenemos que mirar esto con mucho cuidado y denunciarlo, porque si no se denuncia no llega la alerta al pueblo. Es necesario que nuestro pueblo católico, que el pueblo religioso esté atento a esta situación”, añadió Padrón, recordando, no obstante, que no es la primera vez en la historia que la Iglesia Católica es atacada.
Un alto a la locura
Un alto a la locura
Al respecto, Torrealba recordó el caso de monseñor Oscar Arnulfo Romero, sacerdote salvadoreño y defensor de los derechos humanos, asesinado por grupos violentos el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa.
“Esta situación es sumamente grave no solamente para los católicos, religión que profesa la mayoría en el país, sino para todos los venezolanos de cualquier religión”, apuntó Torrealba.
“Es importante estar alertas ante esto que está ocurriendo”, añadió, recordando que la semana pasada fue el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en homenaje a los millones de judíos que fueron asesinados por el régimen nazi.
“Fue una tragedia que marcó el siglo XX de la humanidad (…) El Holocausto no empezó con asesinatos, sino con palabras y leyes que justificaban la violencia, con jueces que permitieron esa desgracia y le dieron piso legal”, indicó.
“Cuando uno ve lo que está pasando en Venezuela, donde hay gente que muere por comer de la basura o iglesias atacadas, uno se da cuenta de que es importantísimo que todos los venezolanos hagamos un alto en esta carrera a la locura y hagamos lo necesario para volver poner a este país sobre los rieles del camino del progreso y sobre todo del respeto. Es muy grave lo que está ocurriendo. No nos acostumbremos a la barbarie como parte normal de la vida”, dijo.
“Después de la violencia verbal viene la violencia física, después la violencia institucional y después el desastre”, advirtió.
La Patilla
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