Por: Pedro Castro Guillén
Presenciamos las colas de personas para registrarse en el plan de la patria y recibir el carnet (CP). Esta nueva maniobra del régimen será otro acto fallido más de la larga serie de intentos por reconstruir el nexo que se tenía con las mayorías sociales. La población está desesperada por el hambre y la falta de medicinas así que no es de extrañar que intente conseguir la tarjeta, pero al PSUV se hará imposible cumplir con la posibilidad de abastecer a la población con las bolsas CLAP, porque no tiene recursos para cumplir con tal objetivo, y lo más importante no tiene políticas, no tiene ideas, se pierde en movimientos repetitivos para alargar sus tiempos en el poder.
La hiperinflación que se ha visto recrudecida por la insensata decisión de sacar de circulación el billete de Bs.100, lo que agravo la percepción de que el bolívar no vale nada lo que conduce a una mayor velocidad en la devaluación y por ende a echarle gasolina al incendio inflacionario que se come el poder adquisitivo de los venezolanos. Por ello CP no sirve para generar expectativas positivas reales en la población más necesitada porque el régimen averió la máquina de producir ilusiones que es el dinero estable, ese que tiene poder de compra, ese cuya condición de existencia es una economía con baja inflación. Es por ello que la promesa de dadivas en dinero o en bolsas CLAP virtuales se convertirá en una nueva fuente de frustraciones cada vez mayores y consecuentemente en una mayor deserción del pueblo del socialismo en el siglo xxi. Con lo que tendremos a un Nicolás Maduro cada vez más débil y siendo el centro de cada vez mayor descontento social.
Los propios movimientos dentro de la cúpula gobernantes nos revelan el grado de agotamiento del poder. Todo conduce a incorporar a los cargos a personajes que no revisten ninguna relevancia desde el punto de vista de lograr una mayor estabilidad general del régimen sino de apuntalar a grupo del chavismo frente a otro. Sale favorecido El Aissami pero a costa de mayores tensiones y enfrentamientos con el resto de los grupos. Se afianza la ultraizquierda dentro del gobierno, pero paradójicamente se observa un Maduro cada vez más debilitado pese a que todos sus esfuerzos por lograr una mayor hegemonía frente al resto de los grupos que se disputan el poder dentro del chavismo.
DATANALISIS reporta que existe un 95% de percepción negativa sobre la situación del país mientras el 80% evalúa negativamente a Nicolás Maduro. Es aquí donde se puede justificar el carnet de la patria. Una maniobra de retroceso con respecto del CLAP que era al menos en la propaganda para toda la población pobre, con el CP es una dadiva para los que muestren lealtad al régimen. Pero además, ni siquiera se la puede considerar como un intento de mejorar una política pública para el abastecimiento de los sectores sociales, sino que es un intento por recomponer dentro de los sectores populares la imagen del Presidente. No hay que ser pitonisa para saber que la cosa le saldrá mal, porque lo que hoy caracteriza el ánimo de la gente empobrecida es rabia contra aquel que considera el responsable de su miseria y desesperación.
La banda de los siete sabe que en un posible escenario electoral, no tienen ninguna posibilidad de triunfo, ni siquiera de quedar cerca de porcentajes de aceptación social que le permitan negociar con las fuerzas opositora cuotas de poder que garanticen su existencia como fuerza política.
Es por ello que la estrategia de la oposición debe ser buscar, presionar por que se produzcan las elecciones a gobernadores y luego las de Alcaldes y Consejos Legislativos, que son elecciones una con retraso y otra que debe realizarse este año. Esta lucha por las elecciones regionales en virtud de lo antes expuesto va a ser muy dura y difícil porque chavismo no va acceder a ellas porque saben que tienen una derrota demasiado contundente asegurada.
Es por ello que el centro de la lucha deben ser estas elecciones que contaran con el respaldo de múltiples actores internacionales, que el régimen tendría que pagar un costo político muy alto con su negativa y por la represión que produzca si la exigencia de los comicios se realiza como es imprescindible con presión y más presión de los ciudadanos en las calles.
Reconstruir la unidad con un claro mensaje de los objetivos de cambio a partir de las elecciones regionales, puede ser el punto de partida para retomar la iniciativa política que permita salir de este régimen perverso del socialismo en el siglo xxi.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog
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