Con pesar, dijo Omar Pérez Díaz, que la ULA Táchira se encuentra desprotegida, tanto por la misma institución, como por el ejecutivo nacional, ya que no llegan los recursos que solicitan ni desde Mérida, ni desde el gobierno nacional.
Por falta de baterías y otros repuestos están fuera de servicio las 9 unidades de transporte estudiantil con las cuales contaba la Universidad de Los Andes -núcleo Dr. Pedro Rincón Gutiérrez- Táchira (ULA), por lo cual más de 3 mil 500 estudiantes que se movilizaban a diario en rutas urbanas y extraurbanas desde y hacia la institución, hoy no disponen de este beneficio.
La totalidad de las unidades que hasta hace unos meses funcionaba se paralizó de manera indefinida, luego de que las autoridades agotaran todas las solicitudes posibles ante organismos nacionales y regionales, entre ellos la Gobernación del Táchira, con la finalidad de conseguir las baterías y otros insumos que, debido a la escasez y la inflación, no están disponibles con normalidad en el mercado.
Omar Pérez Díaz, coordinador administrativo de la ULA Táchira, dio a conocer lo que se califica como la peor situación del transporte universitario para esta institución, un beneficio adquirido por los estudiantes y que ahora prácticamente se perdió por la falta de recursos.
Indicó Omar Pérez Díaz que, de las 9 unidades, 8 están paradas por falta de baterías, y por estar fuera de funcionamiento se les han deteriorado otras piezas. El noveno autobús tampoco funciona porque le robaron un caucho y el rin, y reponerlo representa un gasto muy elevado, para el cual la universidad no tiene recursos.
Al hablar de cifras, Omar Pérez Díaz asegura que el panorama es desolador. Desde el 2007 la universidad recibe el mismo presupuesto, a pesar de que es casi incalculable la inflación en los 9 años que han transcurrido, el monto que asignan no ha variado.
De esa manera, expresa que el gobierno nacional establece 750 mil bolívares por año para el mantenimiento de toda la flota del transporte universitario y otros servicios.
Manifestó el coordinador administrativo de la ULA que, gracias a las gestiones del general Morantes Torres, lograron obtener dos baterías, pero fueron para vehículos pequeños, y para los autobuses no se pudo conseguir.
De esta manera los estudiantes se encuentran desvalidos en materia de transporte y movilización hacia la universidad. Los autobuses cubrían varias rutas dentro de San Cristóbal, y venían a primera hora de la mañana desde los municipios Córdoba, Junín, Andrés Bello, Guásimos, y Cárdenas, para retornar al final de la tarde, con lo cual los jóvenes tenían un ahorro significativo en pasaje, que con el costo actual, si no disponen de la tarjeta preferencial, representa un gasto muy elevado.
Con pesar, dijo Omar Pérez Díaz, que la ULA Táchira se encuentra desprotegida, tanto por la misma institución, como por el ejecutivo nacional, ya que no llegan los recursos que solicitan ni desde Mérida, ni desde el gobierno nacional.
No obstante, destacó que el resto de las providencias estudiantiles se han cumplido, como el caso del comedor, que funciona correctamente con la empresa que tiene el contrato, y es para la totalidad de los estudiantes de la ULA Táchira, sin ninguna preselección.
Crisis económica golpea la academia
Pero el transporte universitario no es la única parte de la universidad que está afectada. En general, la crisis económica ha golpeado fuertemente la academia, y uno de los primeros indicadores es la enorme fuga de talentos, con decenas de profesores que solicitan permisos no remunerados para rebuscar ingresos con otras actividades, o años sabáticos, ambas figuras contempladas en la ley.
Además, los docentes dejaron de formarse en el exterior, en la actualidad la ULA Táchira no tiene ni un solo profesor cursando estudios de quinto nivel fuera de Venezuela, y los pocos que quedaban debieron regresarse sin concluir sus tesis de grado ni recibir sus títulos, porque dejaron de otorgarse los dólares preferenciales.
Tampoco hay recursos para la publicación de investigaciones, la mayoría de las revistas están solo disponibles en línea, y aunque las normas internacionales exigen que circulen de manera impresa, se sacan un par de ejemplares para cumplir el requisito mínimo y no hay dinero para respaldar las investigaciones nuevas que desean adelantar los docentes.
Sin embargo, Omar Pérez Díaz afirma que, sin que implique ninguna “debilidad ideológica”, las autoridades universitarias no dejarán de solicitar al gobierno regional y nacional que entreguen a las casas de estudios el dinero que les corresponde, y que dispongan de alguna ayuda económica para auxiliar a la vía que tiene el país para fomentar el desarrollo, que es la educación.
Fuente: La nacion