Maduro acusa a la oposición de aliarse con Estados Unidos para derrocarlo por medio de una “guerra económica”, que genera una aguda escasez de alimentos y medicinas y una elevada inflación.
La reunión, a la que asistió un
pequeño grupo de mandatarios de los 120 países del movimiento, concluirá con la
aprobación de un documento de 190 páginas que recoge los llamados a la no
injerencia, a favor de la paz, y preocupaciones por la violencia en Siria, Irak
y Palestina.
Maduro, quien el sábado denunció
una “arremetida” de Estados Unidos contra su gobierno y aliados de izquierda en
la región, asumió la presidencia del bloque por los próximos tres años, un
período imprevisible en la convulsa situación política y económica de
Venezuela.
Aunque el mandato de Maduro
finaliza en enero del 2019, sus opositores buscan sacarlo del poder mediante un
referendo revocatorio este año, que permita ir a elecciones anticipadas. Pero
el gobierno lo considera imposible porque el proceso empezó tardíamente.
“Venezuela vive una crisis de
muchas dimensiones. Hay pesimismo y desesperanza en la gente. Para el
presidente la cumbre y la presidencia del bloque es importante en un momento en
que está sometido a presión nacional e internacional”, aseguró la analista
Mariclen Stelling.
Maduro acusa a la oposición de
aliarse con Estados Unidos para derrocarlo por medio de una “guerra económica”,
que genera una aguda escasez de alimentos y medicinas y una elevada inflación.
Al respaldar al gobierno
venezolano, el embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Jaafari, denunció
el “terrorismo económico” contra su país, en alusión a las sanciones impuestas
por EEUU y gobiernos europeos.
“Mi país sufre de un bloqueo
unilateral similar al que se ha impuesto sobre Cuba, Venezuela y otros países
en una violación flagrante de la carta” de la ONU, señaló Jaafari el domingo.
Durante las intervenciones en el
plenario, la guerra en Siria concitó llamados al diálogo y la no intervención
de las potencias, en momentos en que tambalea la tregua acordada por Washington
y Moscú tras un bombardeo estadounidense contra el ejército sirio.
“El objetivo de esa agresión
estadounidense es llevar al fracaso la tregua”, declaró Jaafari a la prensa,
según la traducción de un intérprete.
Venezuela recabó además el
esperado apoyo de los presidentes Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales
(Bolivia), Hassan Rohani (Irán), Salvador Sánchez (El Salvador) y Raúl Castro
(Cuba), quien la víspera alertó sobre “planes subversivos” de Estados Unidos en
la isla.
Un respaldo que contrasta con la
reciente decisión del Mercosur de impedirle ejercer la presidencia temporal del
bloque, argumentando que debe cumplir con compromisos económicos y políticos.
Incluso, Venezuela podría ser
excluida de ese mecanismo si no se pone al día hasta el 1º de diciembre.
“Maduro busca crear la falsa
impresión de que Venezuela aún cuenta con apoyo internacional y que es un actor
influyente, pero no lo es desde la muerte de Hugo Chávez (marzo del 2013) y la
caída de los precios del petróleo”, aseguró el analista Diego Monya-Ocampos,
del centro Ihs Markit, con sede en Londres.
Golpeada por el desplome de los
precios del petróleo, generador del 96% de sus divisas, Venezuela sufre su peor
crisis en la historia reciente.
La oposición, que achaca la
debacle a un “modelo socialista fracasado”, pregona la salida de Maduro como
única solución. El poder electoral, al que acusa de servir al gobierno, todavía
no define la fecha de la próxima etapa del proceso revocatorio, lo que aumenta
las tensiones.
En un intento por estabilizar la
cotización del crudo, Caracas impulsa en reuniones paralelas un consenso para
congelar la producción de los países de la OPEP, de cara a una reunión del
cartel a fines de septiembre en Argel.
Correa, cuyo país es el socio más
pequeño de la OPEP, dijo la noche del sábado en Margarita que “hay peligro” de
que la organización “se desintegre” por diferencias sobre la estrategia de
mercado.
Creado en el apogeo de la Guerra
Fría como una alternativa a la bipolaridad de Estados Unidos y la Unión
Soviética, el NOAL busca renovarse ante el surgimiento de “nuevos colonialismos
y acciones injerencistas”, según varias delegaciones.
Los representantes tocaron los
conflictos en varios de los países del movimiento y las acciones de los grupos
extremistas, en medio de acusaciones a Estados Unidos de “injerencia”.
La delegación de Corea del Norte
usó la tribuna para lanzar reiteradas amenazas a Washington. A la cita acudió
el presidente palestino, Mahmud Abas, a quien la cumbre le expresó apoyo que
quedaría consignado en el documento final.