De acuerdo con un trabajo publicado por El Nuevo Herald, se pronostica un radical endurecimiento de la política del Gobierno de Estados Unidos hacia Venezuela, bajo el mandato del actual presidente de ese país, Donald Trump.
A continuación lea el trabajo completo:
Washington se está quitando los guantes de seda ante el autoritario régimen de Nicolás Maduro y las sanciones aplicadas esta semana contra el vicepresidente de Venezuela, Tarek El Aissami, podrían ser la primera de una serie de medidas para castigar a una élite chavista inmersa en el narcotráfico.
Por Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
“La política de Estados Unidos hacia Venezuela está cambiando radicalmente”, comentó el asesor político venezolano Esteban Gerbasi. “Vamos a ser testigos de un significativo cambio en la política exterior y del abandono de la pasividad de Washington hacia América Latina”.
Ese cambio, emprendido bajo la nueva administración de Donald Trump, podría conducir a la aplicación de nuevas sanciones contra altos dirigentes del chavismo involucrados en narcotráfico e integrantes de una extensa red financiera que lava dinero, así como el emprendimiento de una ofensiva diplomática para salir en defensa de la maltrecha democracia venezolana.
“Se van a agregar nuevos actores a la lista de sanciones, entre ellos banqueros importantes del régimen, y empresarios”, pronosticó Gerbasi, quien es con frecuencia consultado por personas de influencia en Washington sobre temas de seguridad relacionados con Venezuela.
“Inclusive, no es descartable que veamos la aplicación de sanciones contra empresas del Estado venezolano que se han visto involucradas en el tráfico de droga y en la legitimación de capitales”, afirmó.
Esos pronósticos están basados en la extensa información acumulada por las agencias de seguridad de Venezuela sobre la participación de altos funcionarios del régimen bolivariano en actividades ilícitas y en los vínculos que algunos de sus miembros tienen con organizaciones radicales del Medio Oriente.
Se tratan de investigaciones de larga data que ahora comienzan a brindar sus frutos, dijo Gerbasi.
Pero las expectativas de un endurecimiento de la política estadounidense hacia Venezuela también se debe a una mayor disposición de la Casa Blanco bajo Trump a jugar un papel mucho más activo en América Latina.
“El hecho de que Trump, a menos de tres semanas en su nueva administración, haya conversado con el presidente de Colombia y lo haya invitado a la Casa Blanca, haya hablado dos veces con el presidente de Argentina, y lo haya invitado también a la Casa Blanca, y lo haya hecho de la misma manera con el presidente de Perú”, es muestra de esa intención, dijo Gerbasi.
“El vicepresidente Mike Pence también conversó con el presidente de Brasil, y el tema principal de esa conversación fue la crisis de Venezuela y la necesidad de ayudar a que retome la senda constitucional y democrática”, agregó.
El lunes, el gobierno de Estados Unidos dio un primer paso en esa nueva dirección, aplicando sanciones contra El Aissami, llamando al vicepresidente venezolano como un importante jugador en el tráfico internacional de narcóticos.
La medida también involucró el empresario venezolano Samark López, quien es considerado como uno de los principales testaferros de El Aissami, y de otros líderes claves del régimen de Maduro.
El Aissami facilitó envíos de narcóticos desde Venezuela y ejercía control sobre aviones que despegaban desde una base aérea venezolana, además de controlar las rutas de drogas que salían por puertos venezolanos, dijo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), unidad del Departamento del Tesoro.
El vicepresidente, quien asumiría la presidencia de Venezuela si Maduro dejara el poder, también fue acusado de proteger a otros narcotraficantes y de trabajar con carteles mexicanos y colombianos, indicó el anuncio de la OFAC.
La designación está generando nuevas esperanzas entre quienes han estado exigiendo que Washington se tome en serio la amenaza que representa el chavismo para la seguridad nacional de Estados Unidos.
“Finalmente, estamos viendo movimiento y liderazgo de parte del gobierno de Estados Unidos para aislar a un liderazgo venezolano que por casi dos décadas ha encabezado dentro de América Latina un movimiento antidemocrático mezclado con narcotráfico y alianzas con elementos forajidos”, manifestó Luis Fleischman, asesor Senior del Center for Security Policy y profesor adjunto de Barry University,
Pero Fleischman insistió en que las acciones contra El Aissami solo deben ser vistas como un primer paso.
“Estados Unidos también debe actuar contra la totalidad de la élite política, militar y de seguridad sobre la base de las violaciones de derechos humanos, narcotráfico y la cooperación con organizaciones terroristas”, resaltó Fleischman en un informe.
“Sanciones, la congelación de activos, y otro tipo de presiones deben ser aplicadas en coordinación con otros socios regionales. Instrumentos económicos y políticos deben ser aplicados sistemática y razonadamente para aislar al régimen y finalmente restaurar un orden democrático en Venezuela”, agregó.
Es una opinión que también es compartida por legisladores claves estadounidenses, quienes han estado abogado en Washington a favor de la sociedad venezolana.
“Tengo esperanzas de que este es solo el inicio de los esfuerzos para garantizar que el régimen de Maduro sienta la presión para que desista de sus actividades ilegales, libere a todos los presos políticos, permita el derecho a disentir y respete la voluntad del pueblo venezolano, que votó a favor de abandonar el desastroso camino emprendido por [el fallecido presidente Hugo] Chávez”, manifestó el Senador por Florida Marco Rubio en un comunicado.
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