A juicio de la economista Eglé Iturbe la medida de sacar de circulación el billete de cien bolívares ha resultado improvisada e incomprensible para los venezolanos. También la califica como “desorganizada”, porque el sistema, a criterio de la exministra de Hacienda, “no tiene capacidad, para manejar eso” en tan poco tiempo.
¿Qué piensa de esta medida adoptada por el presidente Nicolás Maduro de recoger los billetes de cien bolívares?
La explicación que el presidente Maduro está dando resulta incomprensible para los venezolanos. Si el problema se deriva de unas mafias en la frontera, que ya las tienen identificadas, pues actúe sobre las mafias. No tiene que actuar contra todo el pueblo de Venezuela que no tiene nada que ver con eso, porque para eso están los organismos de seguridad, están los que cuidan las fronteras, los que cuidan los aeropuertos y puertos, quienes deberían actuar sobre esas mafias.
Es una medida improvisada, porque la anuncia un domingo en un programa de televisión y todo el mundo dice de inmediato: ¿qué es esto?, ¿qué va a pasar con nuestro dinero?
También es desorganizada, porque da 72 horas para que la gente vaya a llevar su billete de cien bolívares a los bancos públicos, que no tienen capacidad para manejar eso, porque están recogiendo casi la mitad de los billetes que están en circulación en el país. Eso es absolutamente absurdo, e implica una gran ignorancia de cómo funcionan los sistemas monetarios y cambiarios. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Mire cómo han estado las colas de la gente en la calle. Después echaron un poco para atrás; permitieron que también entrara la banca privada, y la banca privada está contra la pared, porque también la agarraron de sorpresa. No estaba preparada para recibir esa cantidad de dinero y para hacer el cambio, porque no tiene suficientes monedas de menor denominación.
“SI SE SOSPECHA QUE HAY LAVADO DE DINERO, ¿POR QUÉ LA SUDEBAN NO ACTÚA SOBRE EL BANCO QUE ESTÉ LAVANDO DINERO, SOBRE LAS PERSONAS QUE ESTÉN LAVANDO DINERO?”
Están desarticulando totalmente los sistemas de los bancos, porque los están obligando a recibir una cantidad de dinero por encima de su capacidad; los están obligando a abrir cuentas sin requisitos, nada más con una cédula, lo cual estropea el sistema bancario. Realmente por donde usted lo vea eso no tiene ni pies ni cabeza. Debe tener un objetivo, que no sabemos cuál puede ser.
La gente ha venido depositando su dinero, pero el problema es que los cajeros no están dando, porque no tienen efectivo. Los bancos sólo reciben depósitos, de modo que la gente se ha quedado sin dinero.
Se tejen demasiadas especulaciones en torno a este asunto. Hay quienes dicen que esta operación ha venido a significar el mayor lavado de dinero del mundo. ¿Qué piensa usted?
Hay tantas hipótesis que uno no puede especular sobre esto. O sea, la razón no es la que el Presidente dijo. Hay que tenerlo bien claro. Allí hay un problema mayor, más de fondo, que no está explicitado. Yo no me atrevo a entrar en especulaciones, porque hay demasiadas. Hay que tratar de manejar la información dentro de cierta lógica de racionalidad. Lo que pasa es que a veces se nos hace difícil hacer ejercicios de racionalidad. Pero para mí esto no tiene ni pies ni cabeza, a menos que uno lo piense en función de los objetivos de la revolución. Si uno lo piensa en ese sentido, este es un paso que va dirigido hacia la estatización de los bancos y hacia la captura de los excedentes que hay en el país para financiar la revolución.
Si uno lo piensa en función de lo que se hizo en Cuba, que se hizo la misma cosa, pero con modalidades diferentes, pero ahí también entraríamos en especulaciones, y es mejor no meterse en este campo.
¿Quedaríamos como en una especie de corralito?
Por supuesto, pero es que ya estamos en un corralito. La gente que llevó su sus billetes, se quedó sin plata. Ya los bancos comenzaron el corralito hace más de un mes, porque desde entonces comenzaron a limitar las cantidades que tú podías sacar de tus cuentas.
Lo último que yo pude sacar del banco fueron diez mil bolívares. Ya ahí tenías un corralito, pero lo estaban haciendo los bancos, porque no tenían efectivo. Entonces, la otra incongruencia del proceso, que habría que analizarla también, es que el presidente del Banco Central de Venezuela la semana pasada habló del cono monetario, de las nuevas monedas que van a llegar para combatir la inflación, que iban a convivir los dos sistemas, y a los tres días sale diciendo el presidente Maduro que no, que desaparece la de mayor denominación.
Entonces, ¿dónde está la autoridad monetaria en el país? ¿Quién es el que marca las pautas? ¿Dónde está la Sudeban? Si se sospecha que hay lavado de dinero, ¿por qué la Sudeban no actúa sobre el banco que esté lavando dinero, sobre las personas que estén lavando dinero? Hay una gran cantidad de incongruencias en todo esto, que no tienen ni pies ni cabeza, pero que te llevan a pensar que hay algunas cosas que pudieran estar pasando detrás de todo esto.
¿Las mafias militares están monopolizando el dólar del Dipro como se ha denunciado?
La verdad es que ese se trata de un mundo reservado, pero obviamente todo el control de las importaciones lo tienen ellos. Ahora, ¿a qué tasa lo están haciendo? Supuestamente debería ser a la tasa controlada. Pero el resto, la verdad es que no sé como lo están controlando.
El gobierno dice que Dólar Today es el culpable de esa escalada que tuvo el dólar paralelo. ¿Cuáles son, a su juicio, las verdaderas causas?
El tema es que cada vez que hay escasez, la gente busca la manera de resolver este problema, si es que acaso tiene necesidad de adquirir unas divisas, y hay un mercado en la frontera, en Cúcuta, hacia donde viajan los venezolanos y aprovechan de comprar allá. Ahora, el mercado de Cúcuta se maneja distinto al resto de Colombia, porque si se manejara con un acuerdo diferente, con un millón de bolívares se podría comprar muchas cosas en Bogotá, y eso no lo va a permitir el gobierno colombiano.
De modo que hay el llamado dólar de la frontera, con el que se tranzan las compras. Ahora, ¿quién controla eso? Las casas de cambio de Cúcuta, en función de lo que se compra en la frontera. Aunque eso es marginal, con respecto a lo que se compra en cualquier parte de Venezuela, o sea, eso no constituye una razón para que ese sea el indicador del tipo cambiario. Pero es el único indicador que existe, en razón de la demasiada opacidad que hay con respecto al reporte de las cifras cambiarias. No hay otra fuente oficial de cifras cambiarias.
¿Es el mejor negocio del mundo la compra y venta de divisas en Venezuela, como sostienen algunos economistas?
Si uno consigue dólares a las tasas preferenciales, y los vende en el mercado negro, en efecto, obtiene una gran utilidad. Sin duda que sí.
Usted ha venido haciéndole un seguimiento al proceso de transformación de la estructura de la administración pública. ¿Cómo ha visto usted ese proceso?
Primero, la administración pública se ha desinstitucionalizado. Segundo, ha crecido a un ritmo tan rápido, como las propias divisas de Dólar Today. Sobre todo, ha crecido el Estado: de 16 ministerios que recibió Chávez, hemos pasado a 32. Entre tanto, la nómina que no pasaba de 800 mil trabajadores, ahora está en unos 3 millones de trabajadores.
“LA GENTE QUE LLEVÓ SU SUS BILLETES, SE QUEDÓ SIN PLATA”
Te hablo en cifras estimadas, porque tampoco tenemos las cifras oficiales. Ahora hay una opacidad de cifras en todos los campos. Para hacer cualquier operación, cualquier análisis, uno tiene que recurrir a la imaginación; como decíamos nosotros en la universidad: a los dígitos oscilantes, cuando no teníamos una cifra exacta.
Pero es así, no hay fuentes formales. Por ejemplo, se han creado cinco ministerios en los últimos meses. La gente que está trabajando en esos ministerios, ¿de dónde salió? Entonces, hay gente que cobra por el Ministerio de Industrias, por decir algo, pero trabaja en el Ministerio de Pesca o que cobra por el Ministerio de Finanzas, pero trabaja en el Ministerio de Comercio Exterior. Entonces, uno no sabe realmente dónde está la gente trabajando, porque no hay publicaciones oficiales de cifras, al respecto.
Usted ha señalado que más bien se debería hablar de un régimen, como el presente, militar cívico y no cívico militar, dada la alta composición que tiene en la administración pública el componente militar. ¿Pudiera ilustrar esta idea?
Es que debería ser lo contrario. Si usted se fija en la última misión social que se creó, la del Gran Abastecimiento Soberano, puede percibir un cogobierno: Nicolás Maduro es el jefe de esa misión; no obstante, el presidente de esa misión es el actual ministro de la Defensa. Incluso, tiene potestad sobre los demás ministros en las áreas vinculadas con la misión, que son casi todos.
Los militares son quienes están dictando la política de producción, de importación, de distribución de los alimentos, de control de los mercados, razón por la cual las empresas militares han crecido enormemente en los últimos meses en áreas que no son militares. Hay industrias de alimentación que pertenecen al ministerio de Defensa, como le pertenece una televisora, un banco, una fundación.
Hay tres empresas constructoras, como trece o quince empresas nuevas, que se han venido creando, y que no tienen nada que ver con la defensa del país, sino absolutamente cívicas, como por ejemplo, una textil para uniformes. De modo que dentro de lo que ellos llaman el “Plan Sucre” se está constituyendo todo un Estado dentro del Estado, dirigido y ordenado por los militares, y donde nadie tiene capacidad para introducirse para obtener una información clara. No se trata de una estructura empresarial transparente.
Por consiguiente, además de la defensa y seguridad del país, todo está en manos de los militares, y el presidente Maduro habla de un Gobierno cívico militar, pero cuando está explicando alguna cosa, lo que hace es cederle la palabra al ministro de la Defensa.
Pero el balance de los resultados de la producción de esas empresas es negativo, si se toma en cuenta que el flagelo de la escasez se agudiza cada vez más, lo mismo que el alto costo de la vida, ¿no le parece?
Esta política comenzó con las expropiaciones, en especial por parte del presidente Hugo Chávez en 2005-2006, pues en lugar de crear empresas nuevas, lo que hizo fue expropiar las que había. Maduro ha dicho que se han expropiado más de ochocientas empresas, y de las cuales nuevas serán unas ciento cincuenta.
Ahora, toda la producción de esas empresas expropiadas ha caído. O están cerradas o están produciendo a muy baja capacidad. Entonces, eso ha ahogado la oferta nacional, porque no hay quien esté produciendo, sino el Estado: desde las industrias básicas, hasta las industrias de harina de maíz; las industrias del azúcar están en manos del Estado, lo mismo que las industrias del café; las industrias del jabón detergente están en manos del Estado; el cemento, la cabilla, todo está en manos del Estado. La pregunta que yo me hago es ¿quién está propiciando la guerra económica, si la red industrial del país está en manos del Estado?
¿El mito de que la mejor gerencia de un país quienes la garantizan son los militares, se ha desvanecido, a propósito de estos resultados?
Ahí hay varias cosas. Lo que es el balance de las empresas que ellos tienen, eso no se sabe. Esas las manejan ellos, y no se sabe cuál es su rendimiento. Ahora, están metidos en los programas sociales, y no se sabe cuál puede ser el resultado. Porque hasta ahora ellos están supervisando los mercados municipales. Ellos están encargados de los distintos productos, pues hay un general dedicado al azúcar, otro al arroz, otro a las caraotas.
Yo no sé realmente lo que están haciendo, porque la oferta no ha mejorado. Empezando, porque parten de un diagnóstico equivocado. El problema no es de distribución, sino de producción. De modo que por muchos milagros que ellos pueden hacer, no pueden distribuir lo que no existe. Entonces, ellos están importando y están distribuyendo. Pero están distribuyendo dentro de una cierta lógica política.
¿Cuál es la situación hoy en día de Pdvsa?
En vista de que salió favorecida con la decisión de la OPEP de reducir la producción petrolera de sus miembros, se puede decir que comienza a vivir un momento favorable, y no obstante está destruida, porque Pdvsa perdió su gerencia, perdió su capacidad de gestión. Por otra parte, está muy limitada en cuanto a su capacidad de pago, de modo que el panorama que tiene por delante Pdvsa no es muy alentador, al menos que se haga una reforma dentro de la industria otra vez, y se trate de retomar la capacidad productiva y se le quite toda aquella actividad que no tenga nada que ver con su misión, que es la de producir y comercializar crudo. Pdvsa terminó siendo la caja, no chica, sino grande del Gobierno. Se le puso a financiar todas las misiones sociales, cuando eso no es función de una empresa petrolera.
Pero cuando asumió Chávez la presidencia, se decía que Pdvsa estaba en manos de la nómina mayor, que era la que se distribuía entre sus miembros las ganancias de la empresa, y la idea de Chávez era de hacerla de todos los venezolanos..
La verdad es que Pdvsa era una empresa petrolera, y una empresa que uno la podía supervisar. Por ejemplo, cuando yo estaba al frente del antiguo Ministerio de Hacienda, Pdvsa me enviaba a mí las liquidaciones trimestrales que debía entregar. No se le permitía que no entregara sobre la base de las liquidaciones de los precios, que eran conocidos. Tenía que entregar los dividendos al Estado en fechas periódicas, y con eso el Estado hacía lo que tenía programado.
Entonces, el Estado se podía dedicar a hacer con todo eso obras sociales: edificar escuelas o construir carreteras. Pero no Pdvsa, como tampoco podía quedarse con esas utilidades. La gerencia de Pdvsa ganaba muy bien; es más, ganaba por encima de los niveles referenciales de cualquier funcionario público. Porque ellos estaban emparejados con la nómina de las empresas petroleras mundiales.
DETRÁS DE LA INESPERADA MEDIDA PRESIDENCIAL “HAY UN PROBLEMA MAYOR, MÁS DE FONDO, QUE NO ESTÁ EXPLICITADO”
Porque, tratándose de una empresa internacional, como lo era Pdvsa en aquellos momentos, tenía que competir con el resto de las empresas petroleras mundiales, pues de otro modo se hubieran llevado a toda esa gerencia. Pero, de ahí a decir que la nómina mayor retenía la ganancia de la empresa, eso no es ajustado a la realidad, y si retenía algunas divisas era en función de sus gastos operativos, cosa que se perdió. Porque ahora se le pide que pase todos los recursos al Estado, y al final resulta que no tiene para hacer las inversiones en sus gastos operativos, y eso es parte de los problemas de Pdvsa hoy en día, que dejó de hacer inversiones .
Los taladros no están actualizados. No hay capacidad de producción activa suficiente, porque no se han hecho las inversiones necesarias.
Un pequeña recuperación
¿Usted cree que el acuerdo de reducción de la producción de la OPEP, y que incidirá sobre los precios petroleros, mejorará las finanzas públicas?
Los precios, en efecto, van a subir, como ya se ha visto con ese acuerdo entre los miembros de la OPEP, además de los productores no miembros del cártel, porque va a haber menos oferta. Pero no es que vayan a llegar a los niveles a los que llegaron antes, ni mucho menos. Pero sí que se va a producir una pequeña recuperación, pienso yo, y eso va a ayudar a las arcas. Ahora, ¿a qué se van a destinar esos recursos? Eso va a depender de las decisiones que tome el Gobierno con su política económica.
Dolar to day
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