Por: Víctor Madero
Europa fue uno de los continentes de donde miles de personas salieron buscando un futuro que les permitiera vivir de manera digna. Venezuela con los brazos abiertos recibió a esos miles, ofreciendo sus tierras como espacio para un nuevo comienzo y se convirtió en el hogar de tranquilidad y prosperidad que tanto necesitaban.
Sus genes se extendieron a lo largo y ancho del territorio y no hay duda que su trabajo y esfuerzo posicionó a esos herederos en espacios privilegiados de crecimiento social relevante. En la actualidad no solo los hijos de Europa sino también de Asia, África y todo el hemisferio, caminan por las calles de las ciudades, poblados y caseríos de todo nuestro país. Congregados en comunidades respetadas por la sociedad que les vio crecer. Esas comunidades se han organizado en asociaciones que funcionan con estatutos institucionales propios y defienden su cultura y origen de manera muy particular.
Hoy día cuando el país atraviesa por su hora aciaga y su tierra está plagada de bandidos, ladrones y asesinos que aplastan al pueblo Venezolano con una ignominia despiadada, haciendo pasar por sus gobernantes, es necesario consolidar un “Gran Frente Nacional de Ciudadanos Extranjeros” que no se mantenga al margen de la lucha que libramos todos los habitantes de este país para repeler los arrebatos de la dictadura despiadada, sino que al contrario se integren de manera directa.
Así que. Es hora que esos genes que se instauraron en esta tierra de bondades, asuman posiciones sólidas y que manifiesten a través de sus comunidades el rechazo a todas las violaciones de los derechos constitucionales, considerando la importancia de resarcir esos derechos que a diario nos son ultrajados.
Los inmigrantes son las representaciones del mundo en esta tierra y deben dar a conocer su posición ante la crisis que vive Venezuela; no sólo porque son ciudadanos de este país y viven en carne propia la espuria actuación de la dictadura y la decadencia de la vida diaria, sino también porque son los ciudadanos de a pie, los más llamados a expresar su desacuerdo junto al venezolano de nacimiento, sus penas y congojas.
Por ello exhorto a todas las comunidades extranjeras que hacen vida en este país; a que alcen sus voces de manera notoria ante la opinión pública, es el momento. Las comunidades gallegas, portuguesas, italianas, libanesas, alemanas, colombianas, asiáticas y en general todas, tienen una deuda moral con este país y con los herederos de los ciudadanos nacidos esta rivera del Arauca vibrador.
Venezuela fue y será tierra de puertas abiertas al mundo, por ello esperamos su accionar ante esta situación. Porque no hay mayor poder en esta tierra que la unión.
A LOS HEREDEROS DE LA CASTA LIBERTADORA!
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