‘Walkie-talkies’, mascarillas, cascos, medicinas, colirio… todo lo que sirve para resistir los gases del gobierno de Nicolás Maduro es bienvenido. Desde hace dos meses, los venezolanos en el exterior reúnen donaciones para “los combatientes” de las protestas en su país.
AFP
Particularmente en Miami, los venezolanos han tenido dos meses agitados. Desde que se iniciaron las manifestaciones, es frecuente ver tarantines en los que la comunidad de la ciudad floridana reúne donaciones.
Identificados con banderas tricolores y carteles como “Solidaridad” o “SOS Venezuela”, la ubicación de estos tarantines se difunde a través de cadenas de Whatsapp y panfletos en Instagram o Twitter, y se propagan en segundos.
Los organizadores piden insumos de primeros auxilios como agua oxigenada, collarines o cremas antibióticas, además de productos específicos para protegerse de los gases: antiácidos Maalox para la piel, gotas para los ojos, mascarillas, lentes de natación y guantes de cabritilla para alejar las bombas lacrimógenas.
“Hice lo posible para comprar todo lo que salía en la lista y poner mi granito de arena para todas esas personas que están luchando por mi país”, dijo a la AFP Michelle Lewin, una atleta de 31 años que vive hace más de cuatro años en Miami.
Acababa de dejar dos grandes bolsas en la mesa donde se recogían las donaciones en un restaurante colombiano. Detrás, se amontonaban varias decenas de cajas ya cerradas y clasificadas.
Dos mil kilómetros al sur, en Venezuela, las protestas que se iniciaron el 1 de abril van dejando 38 muertos y cientos de heridos y detenidos.
Destino: Cruz Verde
José Colina, un teniente exiliado en Miami que preside la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (VEPPEX), dijo a la AFP que esperaba reunir este fin de semana un centenar de cajas de donaciones. El sábado pasado, recaudó 1,4 toneladas en un evento similar.
Los insumos son enviados a la llamada Cruz Verde, el equipo de socorristas de la Universidad Central de Venezuela que atiende a los heridos en las protestas, protegidos por cascos blancos y máscaras antigases.
Los manifestantes exigen la renuncia de Maduro y protestan contra la grave escasez de alimentos y medicinas, que tiene a los venezolanos haciendo interminables colas por productos de primera necesidad, si hay.
Pero los choques son cada vez más violentos. Los antimotines suelen lanzar bombas lacrimógenas y chorros de agua a presión, a los que jóvenes manifestantes, encapuchados y con escudos de madera y metal, responden con piedras, cócteles molotov, bombas de pintura y hasta de excrementos.
“El ejército, el gobierno y los organismos de seguridad del Estado han convertido a los estudiantes de una protesta pacífica en combatientes, porque los han agredido de una manera tan brutal que los han obligado a defenderse”, dijo Colina.
“Ésta es una manera de hacer algo, de mostrar que estamos lejos pero no estamos ausentes”, añadió, señalando las pilas de cajas con medicinas.
El gobierno venezolano asegura que la oposición está intentando un golpe de Estado. Recientemente, el conductor de un programa de la televisora estatal VTV tildó a los voluntarios de la Cruz Verde de “grupo paramilitar”.
Una red de donaciones anónimas
Son numerosas las organizaciones que están enviando este tipo de donaciones a los manifestantes.
“En virtud del déficit de medicinas que hay en Venezuela, y con todos los heridos que ha habido, estamos tratando de ayudar a los héroes que están peleando por la libertad de nuestro país”, dijo Gloria Mora, presidenta de Venezolanos en Kendall, durante otro acto de recaudación el sábado pasado.
Eventos similares tienen lugar en otras ciudades de Estados Unidos, así como en Panamá, Canadá, Argentina y España.
Muchos de los que recaudan insumos trabajan en el anonimato y rechazan dar entrevistas. Temen por la seguridad de sus familiares y amigos en Venezuela.
Por ejemplo abundan las listas de Amazon donde se piden medicinas. En ellas, el organizador añade los productos que desea y que pueden ser comprados por cualquier persona que desee donar. Todo queda en el anonimato: la identidad del dueño de la lista, la del donante y la dirección adonde llegan los insumos.
Otra organización, llamada “Cascos versus bombas”, también trabaja desde el anonimato para recaudar cascos de seguridad y pintura, para pintar los cascos con los colores de la bandera de Venezuela.
Su cuenta en Go Fund Me alcanzó casi 23.000 dólares en nueve días y su Instagram muestra fotos de largos mesones con cascos alineados y recién pintados de amarillo, azul y rojo. Rostros, ninguno.
Otros recaudan dinero desde Venmo, una aplicación para transacciones monetarias a través del teléfono móvil. Otra vez, ningún dato.
Unos 225.000 venezolanos viven en Estados Unidos. La mitad de ellos se concentra en el estado de Florida, particularmente en Doral, un suburbio de Miami.
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