¿Es Nicolás Maduro solo una marioneta de Cuba? En la cumbre de 14 cancilleres latinoamericanos este martes 8 de agosto de 2017 en Lima, el más importante aliado de Venezuela no toma parte.
Sin Cuba y Estados Unidos, Venezuela ha habría colapsado. Washington y La Habana llevan adelante con respecto a Venezuela una nueva Guerra Fría, pero, paradójicamente, ambos cooperan, si bien de diferentes formas, con el Gobierno de Nicolás Maduro.
A pesar de un endurecimiento de las sanciones contra Nicolás Maduro, cuyos eventuales bienes en territorios bajo jurisdicción estadounidense fueron congelados y se les prohibió a personas e instituciones norteamericanas realizar transacciones con el presidente venezolano, Estados Unidos sigue importando diariamente 750.000 barriles de crudo de Venezuela.
Según datos del Ministerio de Comercio de EE. UU., las importaciones de petróleo venezolano alcanzaron en 2016 un valor de unos 10.000 millones de dólares. Si bien el volumen ha disminuido en casi un tercio en comparación con 2015, EE. UU. sigue siendo el mayor comprador de crudo venezolano.
También Cuba recibe petróleo de Venezuela. Como contrapartida de las ventas de petróleo subvencionado a Cuba –casi 40.000 barriles por día– La Habana envía médicos y agentes del servicio secreto. Hasta los guardaespaldas de Maduro son cubanos.
"Maduro es un títere"
"No se ven señales de que Cuba pueda dejar caer a Maduro", dice Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Fundación Getulio Vargas. Al contrario: "La Habana apuesta a ganar tiempo y espera que en algún momento, el precio del petróleo vuelva a subir y a Venezuela le vaya mejor". Al fin y al cabo, es interés propio de Cuba, dependiente del petróleo subvencionado venezolano.
Para Moisés Naím, exministro de Comercio de Venezuela, su país no es más que una sucursal del régimen de Raúl Castro. Naím vive desde 1992 en Estados Unidos y es desde el 2000 redactor jefe de la revista "Foreign Policy", editada en Washington.
"Maduro es títere de quienes realmente mandan en Venezuela: los cubanos, los narcotraficantes y los viudos del chavismo", escribió en una columna para "El País" de Madrid. Para Naím, el paulatino desmontaje de la división de poderes en Venezuela es un resultado de la política cubana.
Cuba no suelta presa
"Los cubanos han exportado a Venezuela sus técnicas de control y sus efectos son evidentes: los militares que no simpatizan con el régimen de Chávez y Maduro han sido neutralizados, mientras que quienes lo apoyan se han enriquecido", escribe.
También Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, sabe de la influencia que La Habana ejerce sobre Maduro. En su más reciente visita de Estado a Cuba, a fines de julio, Santos intentó ofrecerse como intermediador. Según rumores, Santos sondeó incluso las posibilidades de que Maduro y su gabinete recibieran asilo político en la isla.
Pero Santos se fue con las manos vacías. A pesar de sus buenos contactos con Raúl Castro, con quien cooperó durante seis años en el marco de las negociaciones con las FARC, La Habana no renuncia a su apoyo a Maduro.