El acuerdo de gobernabilidad suscrito este miércoles por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no estuvo exento de críticas. Sectores de la propia oposición al Ejecutivo de Nicolás Maduro reclaman que el mencionado pacto no obedeciera al mandato dado en la consulta popular, en la que más de siete millones de venezolanos exhortaron a la coalición rescatar la institucionalidad del país formando un gobierno de transición.
Luis Mendoza @MendozasWork
El documento presentado por la alianza dominante en la Asamblea Nacional (AN) consta de cinco puntos claves que fueron presentados por el diputado Henry Ramos Allup.
La crisis humanitaria, como prioridad del próximo gobierno; abordar el tema de la inseguridad y la delincuencia desatada en el país; recuperar el prestigio de las Fuerza Armada Nacional; garantizar el respeto de los oficialistas que hayan sido escogido de manera legal; y el cambio político sin reelección, con un candidato que será elegido en primarias, son los principales temas convenidos por la Unidad.
Pero es precisamente este último punto uno de los que genera mayor escozor en los detractores del documento. Ya que, de acuerdo con sus contrarios, no cumple con la orden popular para la que los ciudadanos fueron consultados el 16 de julio.
“Si va haber unas primarias para elegir un candidato presidencial, los comicios son en 2018, significa entonces que no está planteado pugnar por la salida del dictador Maduro de Miraflores”, resalta el activista político Julio “Coco” Jiménez.
Y es que el acuerdo que, para Jiménez contiene problemas de “fondo y no de forma”, no específica ni menciona de qué forma la oposición llevará a cabo la transición gubernamental en el país.
“No se le dio el mandato a la Asamblea Nacional para que hiciera un acuerdo de gobernabilidad, se le dio para que conformara un gobierno con nombres y apellidos, no ideas. Ellos tienen que nombrar quiénes son los nuevos ministros, no decir cómo van a gobernar si algún día tienen la presidencia”.
Este, además es uno de los factores que influyó para que el partido que hace vida en la MUD Vente Venezuela no suscribiera el acuerdo de gobernabilidad.
“Dentro de lo que se leyó este miércoles no está reflejado el tema transicional. Nosotros creemos que antes de llegar a un acuerdo de gobernabilidad, con unas elecciones transparentes, tenemos que ir a una transición y esta parte precisamente por el fortalecimiento de instituciones que en este momento están cuestionadas”, subraya el coordinador nacional de organización de la tolda, Henry Alviarez, aludiendo al Consejo Nacional Electoral y al Tribunal Supremo de Justicia.
¿Oposición dividida?
Dentro de la MUD existen claras diferencias. Estas no solo se hicieron notorias tras el anuncio del acuerdo, sino también por medio de las acciones que toman en torno a la protesta, subraya Jiménez.
“Cuando observamos que Capriles no está totalmente de acuerdo, cuando Maria Corina Machado desmiente a Ramos Allup por haber dicho que ella firmó ese acuerdo cuando no lo hizo, cuando vemos que se convocó un paro para hoy que supuestamente era de 24 horas de la gente sin salir de su casa y Capriles, María Corina Machado y Voluntad Popular dicen que es paro con trancazo y vemos que hay trancazos a lo largo y ancho de Venezuela, observamos que la MUD está dividida”.
Esto podría ser una de las razones por la cual no hubo total acuerdo sobre un pacto que el propio Ramos Allup aseguró aún está en construcción.
“La plataforma opositora es supremamente amplia y lo que hemos venido abogando es que se escuchen todos los sectores de la vida nacional. Eso podría ser, en todo caso, puntos de vistas diferentes que no van en contra del espíritu del acuerdo”, dice Alviarez.
Incluso, Vente Venezuela realizaría diversas sugerencias para el documento que no fueron añadidos “por razones de premura”. Aunque sí se trataron temas con los que están de acuerdo.
“El espíritu del acto del miércoles es decirle al país que estamos preparados dentro de la transición para posteriormente rescatar la institucionalidad democrática”.
Muchos caminos, un destino
Todo indica que el “talón de Aquiles” de la MUD es su tamaño. El ser una plataforma tan “amplia” les ha dificultado definir el camino a tomar, aunque su destino pareciera ser el mismo: revocar a Maduro.
Dentro de la coalición “hay visiones distintas”, resalta Alviarez. Por ejemplo, “hay gente que cree que se tienen que agotar algunos mecanismos previos para ir a una consulta nacional”, alega. Pero estos mecanismos pudieran no estar definidos aún.
El diputado de la MUD Américo De Grazia mantiene que hay un debates internos de cuál podría ser el camino a seguir. “Se está buscando la transición, la cuestión es cómo”.
“La Causa R ha planteado de manera interna que en primer lugar Maduro debe echar para atrás la Constituyente; segundo llamar a elecciones generales de Presidente, 23 gobernadores y de 337 alcaldes, es decir 361 funcionarios Ejecutivos, porque eso garantizaría la gobernanza del país”, expone.
Para ello, y al igual que lo dispone el acuerdo suscrito el miércoles, el mandatario electo tendría que renunciar a la reelección. Además, el mismo iría a una segunda vuelta para “ahorrarse” el tema de las primarias.
Con estos comicios generales que plantea la Causa R quedarían los consejos legislativos y municipales para el semestre del año que viene.
“Lo que nos da la clara intuición de que no se trata de borrar del mapa al oficialismo, porque estos Consejos Municipales están controlados por el Psuv y es una disposición de paz de Venezuela y de reconciliación nacional. De modo que ellos se quedarían un tiempo, pero habría nuevos gobernantes. Eso nos da un camino de paz y una solución electoral”, aclara De Grazia.
Sin embargo, esta propuesta no logró mencionarse durante la entrega del acuerdo porque “no hay consenso sobre ello”. “La MUD es una corporación pluripartidista donde convergen estrategias, visiones y principios distintos a los que puedan haber en un solo partido”, justifica.
De hecho, el árbitro que usarían para realizar estos comicios generales también genera diferencias.
Para el diputado, hay que hablar de “realidades fácticas” lo que llevaría a que el actual CNE sería el responsable de llevarlas a cabo.
“Podemos hacer elecciones con un árbitro como el actual, no es el deseable, pero estamos hablando de realidades fácticas. Y en esa realidad pudiéramos interactuar. Ellos no tienen posibilidades de poner condiciones y nosotros pudiéramos exigir observadores propios y extraños, para que la situación pueda tener una realidad mucho más confiable”.
No obstante, esta parece ser una línea roja para la tolda de María Corina Machado, que opina que los mecanismos para la transición deben pasar por “una depuración y un proceso que nos brinde seguridad a todos los venezolanos”.
“Este CNE no brinda eso. Particularmente estamos planteando la salida del régimen de manera integral, estamos planteando la salida de Maduro no su permanencia en el poder”, sostiene Alviarez.
Esto debido a que el mandato es rescatar la institucionalidad y recomponer el Estado de Derecho “y eso se refiere a que las instituciones plasmadas en la Constitución se hagan respetar”. Organismos que, a juicio del partido, están “secuestradas”.
Pese a todo, desde la MUD ratifican que se tratará de encontrar “un camino con sentido común, con responsabilidad y prudencia” para salir del atolladero.
De Grazia concluye que “eso forma parte del debate” y que, si de él dependiera, “nombraríamos a los magistrados del TSJ, todos los rectores del CNE e incorporaríamos a los diputados de Amazonas para acogernos al 350 y 333. Sin embargo, esto no se trata de eso sino de la solución posible”.