Otra bofetada a la transparencia y el sentido común de los venezolanos. Nicolás Maduro ha designado a nada más y nada menos que a su hijo, Nicolasito, para que supervise el estado actual de las obras inconclusas de la empresa Odebrecht, porque como es lógico, una persona o un ente imparcial no podrían realizar esta revisión, de lo contrario quedarían expuestos los guisos que se cocinó el Gobierno con la compañía brasilera. Tiene que ser alguien que pueda velar por los intereses del Gobierno y ¡hasta los suyos propios seguramente!
No se vayan a engañar con que es que el Gobierno no tiene idea respecto a principios democráticos y no entiende de transparencia e imparcialidad. Además de eso, es una cuestión de intereses. Pues así lo informó el periodista Nelson Bocaranda, que entre las responsabilidades que tiene Nicolás Ernesto Maduro Guerra, en su nuevo cargo en la Vicepresidencia de la República, cuestión que también les reportamos hace un tiempo por acá, está la supervisión de estas obras.
Bocaranda indicó en Runrunes que Nicolasito, quien desde el 25 de enero es director general de la Dirección General de Delegaciones e Instrucciones Presidenciales de la Vicepresidencia, se ha reunido en el Ministerio de Transporte con los representantes de los organismos involucrados. Así, Nicolasito supervisará los 10 proyectos que Odebrecht tiene sin concluir en el país y que, de acuerdo al jefe de Estado, se terminarán “con trabajo nacional”. Sin duda… así como el resto del país y en especial el aparato productivo nacional. Recuerden, como hemos reportado anteriormente, que Odebrecht admitió sobornos de hasta $98 millones a funcionarios del gobierno venezolano. Ahora Nicolasito, podrá tapar todos los trapos sucios de los funcionarios del Gobierno, como el de Diosdado Cabello, quien contrató a Odebrecht para construir el metro de Los Teques, cuando fue gobernador.
Por aquí además también les recordamos quién es este Nicolasito Maduro, quien fue nombrado en una corte en Nueva York por estar involucrado en el caso de los narcosobrinos de la “primera combatiente” Cilia Flores, esposa del Presidente de la República. También les comentamos sobre sus viajes de “trabajo” por Argentina en donde gozó de los más altos lujos, cortesía de las estrechas relaciones que llevaba el gobierno venezolano con el entonces gobierno argentino kirchnerista. Además de un videíto en el que él, humildemente, se bañaba en dólares durante un matrimonio. Entre otras marramucias que hará el niño…
Pica y se extienden las raíces de los Maduro en los esquemas de corrupción venezolanos…
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