El hampa ataca constantemente a la comunidad educativa y las instalaciones del plantel, incluso, entran con pistolas y armas blancas
Los representantes y alumnos de la Escuela Nacional Antonio Ordóñez, ubicada en la calle Los Estadios en Palo Verde, municipio Sucre, protestaron ayer para exigir seguridad a la Policía Municipal y un patrullaje continuo, pues los delincuentes no solo esperan a los estudiantes en las afueras del plantel para robarles sus pertenencias sino que han ingresado con pistolas y armas blancas, mientras los alumnos están en clases.
“Pedimos que Polisucre ponga un punto de control, haga patrullaje verdadero y no uno virtual en el que van cuando se acuerdan de que el colegio existe. Nos preocupa la integridad de nuestros hijos y si el lunes no recibimos respuesta, vamos a tomar las calles”, advirtió Lourdes Guillén, vocera de los padres y representantes del plantel.
Cinco profesores denunciaron los actos delictivos que sufre la escuela, pero temen identificarse puesto que han sido amenazados por las hampones que atacan el centro estudiantil, lo cual los hace suponer que los culpables pertenecen a la zona ya que la Escuela Nacional queda en las cercanías del barrio José Félix Ribas
Durante el asueto de Carnaval uno de estos educadores fue despojado de los cuatro cauchos de su vehículo mientras estaba al cuidado del plantel.
Guillén comentó que el ministro de Educación, Elías Jaua, visitó las instalaciones del colegio en noviembre y les prometió que colocaría dentro del plantel un punto de control militar; no obstante, a pesar de haber habilitado el espacio, no ha enviado a los funcionarios.
Durante las vacaciones de agosto pasado se robaron el cableado de luz, los tanques de las pocetas, todas las computadoras de las oficinas administrativas, las canaimas y además un grupo de familias intentó invadir el centro educativo lo cual originó el daño de las tuberías de aguas negras y el robo de las tres cantinas. Las personas que querían adueñarse de las instalaciones intentaron llevarse unas neveras, pero por el peso las dañaron y las dejaron abandonadas en medio del patio.
Aparte de la inseguridad y las carencias que los ladrones les han dejado, la falta de energía eléctrica es una de las preocupaciones principales ya que los alumnos ven clases a oscuras y, para solucionar de manera temporal, el CDI que queda al lado del liceo les presta una extensión con un bombillo que llega hasta el segundo piso. También pueden enchufar una computadora para poder inscribir a los estudiantes de quinto año en la Oficina de Planificación del Sector Universitario.
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