La familia del cónsul de Chile en Maracaibo, Fernando Berendique, se desmembró tras el asesinato de su hija a manos de funcionarios en una alcabala hace cinco años. "Nosotros nunca volvimos a ser los mismos", sentenció en una entrevista al diario Panorama.
El diplomático no solo perdió a Karen, una joven bailarina y estudiante de comunicación; también tuvo que enfrentar el éxodo de sus otros tres hijos, dos a causa de la inseguridad y otro, Fernando, tras las constantes amenazas por ser el único testigo del crimen de su hermana.
Berendique es tajante al afirma que se mantuvo en Venezuela para presionar y así evitar que el asesinato de su hija quedara impune.
"Yo me he quedado hasta el fin esperando esta sentencia y haciendo presión para que esto no quede impune".
La sentencia emitida por un tribunal exculpó a ocho involucrados e imputó a otros cuatro.
Por otra parte, aseguró que los 23 funcionarios señalados por la muerte de su hija actuaron por ignorancia, falta de preparación y liderazgo.
"A un funcionario venezolano le dan un arma y cambia de personalidad completamente. Hay normas, ellos tienen que conocer la Constitución, saber las leyes del país para actuar correctamente en un caso dado", dijo.
Una noche de tragedia
La noche del viernes 16 de marzo de 2012, Karen Vanessa de solo 19 años se arregló y le pidió a su hermano Fernando que la llevara a la fiesta de un amigo. Él aceptó. En el caminó una camioneta sin placas, les cerró el paso, por lo que el joven decidió acelerar por miedo y una lluvia de balas cayó sobre ellos.
Fernando tomó un atajo para regresar a casa, pero vio a su hermana tumbada sobre la ventanilla del carro, herida producto de dos impactos de bala propinados desde la falsa alcabala de policías.
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