El posible escenario de una Venezuela bajo dos Gobiernos paralelos dejaría muy mal parado al Ejecutivo de Nicolás Maduro a nivel internacional. Y es que todo parece indicar que el mandatario ha perdido casi toda su legitimidad ante el resto del mundo.
El apoyo exterior que recibió la oposición tras la consulta popular en contra de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) convocada por el presidente venezolano, contrasta a sobremanera con el repudio interno y fuera de las fronteras que genera el mencionado proyecto constitucional.
Prueba de ello son las amenazas con sanciones contra el Ejecutivo Nacional si se consuma el llamado a la ANC del próximo 30 de julio, de parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Mismos gobiernos que, por el contrario, aplaudieron el plebiscito llevado a cabo por el antioficialismo en el que votaron más de siete millones de ciudadanos en contra de Maduro y su plan constituyentista.
Este espaldarazo internacional que recibió la oposición, y al que se sumaron otras naciones como Canadá, Reino Unido, México y Argentina, parece reforzar las intenciones de la Asamblea Nacional de crear organismos paralelos a las instituciones señaladas por su vinculación con el oficialismo: Consejo Nacional Electoral (CNE) y Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
No en vano este martes, dos días después de la consulta, el Parlamento dominado por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) dio un primer paso hacia ese camino al aprobar el informe final para el nombramiento de los nuevos magistrados del Poder Judicial.
“Ciertamente si no hay de aquí al 30 de julio algún acontecimiento que modifique el rumbo de las cosas evidentemente la oposición está decidida a nombrar un nuevo CNE y un TSJ, y veremos si se va más adelante con la formación de un nuevo Gobierno paralelo”, señala el exembajador de Venezuela en Guyana, Sadio Garavini.
Aunque el escenario crearía una situación totalmente desconocida por el país, lo que sí es seguro es que será clave la decisión que tomen la Fuerza Armada Nacional (FAN) y la comunidad internacional en cuanto a cuál de estos mandatos ven como legítimo.
Sin embargo, más allá de las fronteras venezolanas ya parecen tener claro cuál de los dos tiene legitimidad ante los ciudadanos en el país.
“Desde el punto de vista de la legitimación internacional es evidente que la Constituyente ha sido declarada absolutamente antidemocrática e inconstitucional por la mayoría sustancial de los países del hemisferio, tratándose del 95% de la población”, resalta el diplomático.
Dentro de un callejón sin salida
Es precisamente esta falta de apoyo interno y externo lo que ha llevado al Ejecutivo venezolano a un “callejón sin salida” al que se ha conducido a sí mismo, a través de la radicalización de la represión con los ataques a diputados opositores y los cerca de 100 manifestantes muertos, al desconocer a la Fiscal General de la República y con la propia convocatoria a la ANC, de acuerdo con el también exembajador Milos Alcalay.
Por ello, en la medida en que el oficialismo no entienda que la opinión pública internacional está respaldando una alternativa democrática se estará aislando cada vez más.
Esto da pie al diplomático a no descartar la posibilidad de dos gobiernos, aunque crea que hoy “todo apunta a buscar una solución a través de una negociación real, con mecanismos y veedurías de personalidades creíbles para buscar esa transición, porque lo cierto es que a nivel nacional e internacional el Gobierno ha perdido la legitimidad”.