Los jerarcas rojos sacaron a sus hijos por La Carlota


Los jerarcas rojos sacaron a sus hijos por La Carlota


RODÓ EN LA BARRA…!
BUENAVENTURA NORIEGA (BUENO)
abcbuenaventura@gmail.com

LOS 500 DE ABC

Faltan dos para los 500… no, no me refiero a los 500 mil fusiles que anunció Maduro para los milicianos. Me refiero a los 500 números de ABC de la semana que se cumplirán en dos semanas, cuando a lo mejor Maduro ya no esté.

Quinientas semanas, casi diez años. Se dice fácil. Ni el vil asesinato de nuestro director y amigo Orel Sambrano logró paralizar las manos, la mente, el corazón de quienes preparamos cada edición, o las de quienes lo imprimen. Duele, sí, ese terrible episodio que nunca podremos olvidar, pero a la vez sentimos alegría y mucha satisfacción por llegar hasta donde nadie pensaba. Donde quiera que esté, Orel también sabrá que su ejemplo sigue vivo.

Hablaba con mi carnal Serapio Rea sobre este tema cuando el viejo amigo deslizó palabras que me metieron por otro camino. “Nicolás I vive horas desesperadas”, fue lo que dijo mientras apuraba una Polarcita que le brindó Absalón Asunción Alfonzo, un barinés que captamos para nuestra red de espionaje en Pedraza de Barinas, un día de invierno que pasamos por ese pueblo para asistir a un velorio de Cruz de Mayo en la casa de Araminta Chacón Pereira, una amiga que conocimos en Valencia en una fiesta por La Pastora, donde yo, Buenaventura Noriega, fui la sensación.

Serapio insistió en que el mandatario se mantiene gracias a un grupito cada vez menor de militares, pero ya no logran obligar a los subalternos a sus subalternos a la hora de implementar el Plan Zamora. Lo mismito que le pasó al comandante eterno cuando quiso activar el Plan Ávila en abril del 2002. “Les estoy diciendo la verdad. Constátenlo Uds. mismos. Los guardias nacionales, policías y colectivos se encargan de la represión pero el Ejército no sale. No quieren salir con las manos ensangrentadas, así sus jefes terminen presos.  No les importa.”, manifestó sin ocultar su sonrisa al ver llegar a Rufino Ruperto Ramírez con una botella de licor con sabor a güisqui. “Agarrando, aunque sea fallo”, exclamó Serapio bajo el palo de mango en el patio de bolas.

La angustia de Maduro es del tamaño de las barricadas que ordenó colocar en las inmediaciones de Miraflores. Recuerdan aquellas inmensas trincheras de sacos de arena en la guerra del Pacífico. El inquilino del Capitolio sufre de estrés, de pérdida de sueño y tiene pesadillas recurrentes. Nicolás I y sus amigotes solo aspiran a que los beneficien con lo que ahora llaman “justicia transicional”. La misma que para salvarles la vida les aplicaron en Colombia a los secuaces de Pablo Escobar, y ahora por las mismitas razones, a los jefes de las FARC, protegidos de Raúl Castro, y del mismo Juan Manuel Santos, pese a que el Ejército colombiano los tenía arrinconados. Bien se ha dicho que en política se hacen las mejores cosas por los peores motivos.

LA GENTE NO LOS QUIERE

Para el chavismo fue otra derrota moral el alzamiento popular que dejó 11 muertos en El Valle, numerosos heridos y negocios saqueados. Esa comunidad les había dado una alerta cuando votó en su contra en las elecciones del 6D. Y ahora más cuando sus pobladores han sido humillados hasta la saciedad y atemorizados con operativos de la OLP, y por complemento ofendidos con la entrega de bolsas del CLAP. También el hampa hace de las suyas. El 21 de abril explotó esa caldera y los vecinos enfrentaron sin temor a guardias, policías y colectivos. No pudieron intimidarlos. A un alto funcionario le escucharon decir: “nosotros amenazábamos con eso de que iban a bajar los cerros. Ahora rogamos que no bajen”.

Maduro, Diosdado, el Aissami, Jaua y, por supuesto, la misma Cilia sintieron el miedo hereje esa noche. El sábado y domingo hicieron operativos especiales con Rodolfo Marco Torres, Carmen Meléndez, Jorge Rodríguez, entre otros y como por arte de magia aparecieron las bolsas del CLAP, pero la gente está arrecha y los corrió con gritos y cacerolas. Me dijo Olegario Osorio Osuna que, los guardaespaldas, al ver aquello, arrancaron con la operación escape. Maduro habla de elecciones, llama a los negociadores internacionales, graba videos manejando por una Caracas solitaria, para negar lo que todos saben, que le cayeron a huevos y tomatazos en Guayana, pero nadie le cree. La salida es inminente. En la calle se juega el futuro del país.

NOTI RÁPIDAS

EL PELLEJO. Me llega que Maduro llamó desesperado a sus mediadores bien remunerados, a Samper, a Rodríguez Zapatero, a Leonel y a Torrijos. Quería revivir el diálogo, pero no encontró con quien. En la oposición todos se negaron. Algunos por convicción y otros -pese a ser buenos zapateros- porque el pueblo los despellejaría.

EL ESCAPE. Aquel encendido madrugador de las luces de la pista de La Carlota no fue un ensayo. “Eso fue de verdad”, señaló el “papá de los espías” Pancracio Arteaga. “Fue el 19 de abril. Los rojos están sacando a sus hijos del país.”

FRÍO EN EL ALMA. Las manifestaciones continuas han hecho mucho daño al régimen. Los últimos días han sido escenario de reuniones urgentes, apresuradas en la dirección nacional del PSUV. Pero el desánimo es general. El miedo corre libre. El frío les llega al alma.

NO HAY VUELTA ATRÁS. La gente se ha volcado a las calles para protestar contra la inconstitucionalidad de las sentencias 155 y 156 del TSJ, pero ese es solo el motivo formal, el que unifica y logra el respaldo internacional, pero lo que el pueblo siente es arrechera. El Valle y otras zonas populares salieron a reclamar por hambre, por falta de medicinas, por la inseguridad. Ellos saben de donde provienen sus penurias. Nicolás está acorralado. Ya no duerme como un bebé.

EL REY ESPERA. Roberto Rincón, el empresario marabino que dirigió una de las operaciones delictivas más grandes de la historia, será condenado en julio por la justicia federal de Estados Unidos, en Houston, Texas. Rincón y su socio Abraham Shiera –también procesado– lograron ponerle la mano a más de 1.000 millones de dólares mediante contratos fraudulentos con PDVSA. Se comenta que su socio principal, el Rey, está en la ONU, pero que su tiempo pronto llegará.

TAN BUENOS ELLOS. Francisco Ameliach y Diosdado Cabello no esconden el guion elaborado para inculpar a la Oposición. Pero nada dicen de los colectivos que han matado estudiantes, saqueado comercios y dejado numerosos heridos.

ARRODILLADO. Cocchiola claudicó ante las amenazas del gobierno regional. Vecinos se quejan de que han visto a policías de Valencia en labores represivas y que hasta armas de fuego han desenfundado. Ameliach pone a temblar a los alcaldes opositores. Claro, no piensan en el pueblo, sino en las próximas elecciones y ninguno quiere arriesgar su candidatura. El pueblo se los cobrará. Anótenlo.

SIN MIEDO. El día del “Gran Plantón” los vecinos de Roca Tarpeya bajaron del cerro. En esa roca está el tenebroso Helicoide, sede del SEBIN. Dijo Críspulo Cáceres que los agentes miraban atónitos a sus vecinos “bajar como río en conuco” y no decían ni pio. Saben que la gente está decidida a todo.

MOTÍN A BORDO. Iban de regreso a Oriente los autobuses rojos cargados de activistas que trasladaron a la contramarcha en Caracas el 19 de abril, cuando les ordenaron regresar. El régimen no tenía como responder a la manifestación del 20 que, de manera relancina, convocó la Oposición. Pero el amor revolucionario pasó a la historia.  Nadie quiso regresar.

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