En una reunión se acordó debatir con los partidos la estrategia para eventuales conversaciones.
El Nacional web / Acension Reyes R. /Hernan Lugo Garcia¿Cuál será el destino del diálogo? En la Unión de Naciones Suramericana y en el oficialismo aseguran que las partes y los mediadores -José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos-volverán a encontrarse la semana próxima, posiblemente el martes, pero el lugar es reservado porque el gobierno desea la "mayor discreción".
El secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, indicó que en el nuevo conclave podría verse cara a cara los delegados de Miraflores (Delcy Rodríguez, Jorge Rodríguez, Elías Jaua y Héctor Rodríguez) y de la MUD (Alfonso Marquina, Roberto Marrero, Luis Aquiles Moreno,
Timoteo Zambrano y Carlos Vecchio).
"El primer encuentro fue de diálogos alternativos entre facilitadores con el gobierno y la oposición. Esperamos que la semana entrante pueda haber una reunión entre ellos", dijo el ex mandatario colombiano (1994-1998) a AFP en Francia, donde declaró que el papa Francisco ofreció cooperar en las gestiones: "Me expresó su preocupación sobre lo que pasa con Venezuela".
En la Mesa de la Unidad Democrática, sin embargo, descartaron un "cara a cara", pues aún esperan que se definan las reglas y se acepten temas como referéndum revocatorio, libertad de los presos políticos, ayuda internacional ante la crisis humanitaria y reinstitucionalización democrática (devolverle las competencias a la AN, revisar la Sala Constitucional y reincorporar a los diputados por Amazonas).
¿El porqué no habrá cara a cara? Porque no hay definición de la agenda, ni qué pasará con Vecchio (vetado por el PSUV), aunque en la MUD piensan que puede ser cambiado por otro representante de VP. No está claro el papel de la Unasur porque sus representantes dijeron que sería "acompañante", lo que no aceptó la MUD ni Rodríguez Zapatero. El ex presidente del gobierno español dijo: 'No seré acompañante, sino que buscaré soluciones".
Oposición en consulta. La MUD se reunió el lunes con los gobernadores Henrique Capriles (Miranda), Henry Falcón (Lara) y Liborio Guarulla (Amazonas), a quienes el diputado Timoteo Zambrano presentó un informe sobre el intercambio en República Dominicana.
"No está claro el camino que se seguiría ni el objetivo del diálogo, así que se analizan varias visiones. Ahora, está planteado ampliar los garantes del diálogo, bien sea a través de gobiernos o de organismos multilaterales", indicaron fuentes políticas.
Ante ese escenario la MUD programó una serie de reuniones con figuras y partidos para debatir los temas expuestos. Frente a las amenazas del presidente de la República, las fuentes señalaron: "Maduro pone una bomba en la base al dialogo; el propio gobierno lo está dinamitando".
República Dominicana fue el primer lugar de la reunión, en paralelo, del oficialismo y la oposición, el 22 y el 23 de mayo. Los nuevos sitios de intercambio, que estarían en estudio, son Panamá y una isla del Caribe, pero todo dependerá de si el presidente Maduro no cambia de posición luego de que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, planteó un debate sobre la crisis en Venezuela y la activación de la Carta Democrática, indicaron fuentes del oficialismo.
Alfonso Marquina esperaba por un segundo encuentro, pero se reservó detalles sobre lugar y fecha: "Sería sano que no se sepa lo que se discuta, sino que las partes desarrollen sus puntos de vista por separado".
No obstante, el presidente dominicano, Danilo Medina, expresó en un comunicado que acogen el diálogo "con fraterna hospitalidad y espíritu de colaboración". Como presidente temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), prometió que ayudará a la Unasur y a los ex presidentes Torrijos, Fernández y Rodríguez Zapatero: "Más que seguro, estas conversaciones en tierra dominicana servirán para el reencuentro de la gran familia venezolana".
El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, dijo que instancias internacionales como el Vaticano, el Departamento de Estado de Estados Unidos y el G-7 son conscientes de que "la situación del país es delicada", y por ello propician un acercamiento gobierno-oposición. "Rodríguez Zapatero, Fernández, Torrijos, John Kerry y el papa Francisco buscan evitar que se imponga la violencia y que esto impacte la región. Nunca el G-7, que es el órgano de seguridad de la ONU, se había pronunciado sobre un país".
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