Los dizque resultados de la reunión entre el Gobierno y la MUD en torno a la mesa de diálogo son inaceptables. Ningún opositor verdadero puede convalidarlos.
De “golpe de Estado”, “ruptura del hilo constitucional”, “juicio político”, “destitución por colombiano” y “marcha a Miraflores”, pasamos de la noche a la mañana, sin ninguna explicación, a aceptar unas cuantas migajas, como eso de repetir las elecciones en Amazonas y de soltar unos cuantos “detenidos”, que ya no se llaman presos políticos.
¡Qué engaño tan grande! ¡Qué traición tan descarada! ¡Qué burla tan gigantesca al pueblo venezolano!
¿Qué pasó con la promesa de un cambio de gobierno este año? ¿Es que ya no importa el revocatorio? ¿Qué ocurrió con la responsabilidad de Maduro en la crisis humanitaria? ¿Acaso éste no era un gobierno de delincuentes y de narcotraficantes? ¿Ya no importan los billones que se robaron?
¿Quién responderá por nuestros estudiantes asesinados, encarcelados y torturados? ¿Y los recién nacidos que murieron en nuestros hospitales? ¿Ya no hay relación entre el oficialismo y los colectivos? ¿Se nos olvidó el asalto a la Asamblea? ¿La destrucción de PDVSA se subsanó? ¿Y la inflación más alta del mundo? ¿Todo eso desapareció por arte de magia?
¿Qué pasó con la subordinación a los cubanos? ¿Y con la entrega del Esequibo? ¿Ya Maduro no es colombiano? ¿Ahora somos amigos Jorge Rodríguez, autor del fraude electoral y del asalto a la Asamblea? ¿El Aissami ya no es narco, ya no es cómplice del terrorismo islámico?
No, mis queridos compatriotas. Lo que hicieron nuestros “representantes” en la mesa de diálogo tiene un solo nombre: traición a la Patria. Y cuando este gobierno caiga, y tengan la plena seguridad de que caerá, no solamente tendremos que enjuiciar a los chavistas que destruyeron al país, sino también a los negociadores de la MUD que pactaron nuestra entrega.
Por Luis José Semprum/ @LuisSemprumH
Aquellos opositores serios, que todavía existen dentro de la MUD, deben deslindarse inmediatamente de esta horrible farsa y deben renunciar públicamente a la MUD. Quien no lo haga, será considerado cómplice, y tendrá que asumir las consecuencias de su traición.
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