Los venezolanos se quedan perplejos ante los precios exhibidos en las tiendas del país y los centros comerciales se han convertido en un espacio para caminar, no para gastar. Los aburridos vendedores pasan el tiempo en la computadora de la caja o chateando por su teléfono móvil.
Hay poco que atender desde hace varios años, pero el últimos la situación de se agravó y las pocas personas que entran a ver o a preguntar por una vestimenta salen despavoridos al escuchar el costo.
Los más jóvenes aseguran que si van a un centro comercial es para comer en la feria o para ir al cine.
La única justificación para los estrafalarios precios es que son calculados a dólar negro puesto que todo es traído de afuera.
Las personas aseguran que ni trabajando doble, ni solicitando un adelanto de las utilidades o el bono vacacional, el sueldo les alcanza para darse un lujo.
NTN24
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